El discurso de aceptación de la candidatura a la presidencia de Estados Unidos de Hillary Clinton marcó el final de la Convención del Partido Demócrata, el jueves por la noche, celebrada este año en Filadelfia. Lo que sigue ahora para ella es la atracción de los votantes independientes, de los republicanos anti-Trump e incluso de los seguidores de Bernie Sanders que de alguna manera no se sienten bien representados por ella.
Otro desafío es captar el apoyo de las minorías, de la gente que se considera marginada de la economía y cree que su país no le brinda oportunidades de mejora.
Una semana antes, en Cleveland, los republicanos cerraron su convención con el nombramiento de Donald Trump como candidato a la presidencia. Sin embargo, no se trataba solamente de ratificarlo, sino también de un momento para que sus seguidores mostraran su cara a la nación y exhibieran su raigambre con altas figuras del republicanismo. Pero esto no sucedió.
Entre las figuras republicanas que a duras penas arrastró Trump a Cleveland no estuvieron incluidos expresidentes ni otros nombres conocidos. Faltaron los Bush, Mitt Romney y John Kasich, por mencionar unos pocos. Quien sí estuvo presente fue el senador por Texas Ted Cruz quien en su discurso en ningún momento llamó a votar por Trump. Dijo que cada uno debe votar de acuerdo con lo que le dicte su conciencia.
Hillary, en cambio, debió mucho de su triunfo de la noche del jueves a Barack Obama, Bill Clinton y al actual vicepresidente Joe Biden, así como a la primera dama, Michelle Obama, y al excandidato rival, Bernie Sanders. A la convención asistieron, también, los jefes militares del país.
Los discursos de aceptación de la candidatura de Trump y Clinton contienen diferencias importantes. La postulante demócrata puntualizó propuestas para su tarea presidencial: ofreció convertir en gratuita y libre de deudas la educación universitaria para la clase media y que los más ricos y las grandes corporaciones empezarían a pagar impuestos. Las propuestas no son nuevas y provienen, mayormente, del programa de Bernie Sanders. Además, demandarían acciones legislativas poco factibles con la mayoría republicana en el Congreso.
Asimismo, el discurso tuvo momentos culminantes, en los que se presentó como una candidata de unión para demócratas, republicanos e independientes y no desprovechó la ocasión para contrastar sus intenciones con las de Donald Trump.
Las propuestas de política internacional anunciadas por Trump para un eventual gobierno incluyen abandonar la OTAN y sacar a Estados Unidos de todo tratado o alianza que sea mayormente financiado por Washington. Esto implicaría una alerta para futuros planes de colaboración costeados total o mayormente por Estados Unidos. Clinton ha rechazado estas ideas.
Finalmente, tenemos el capítulo de los migrantes. Trump expulsaría de Estados Unidos a los individuos o grupos no acreditados legalmente en el país y ha dicho que construirá un muro en la frontera con México, políticas que no serían aceptables para la mayoría del pueblo estadounidense pues sus planes no difieren mayormente de los que pregonan algunos radicales del Viejo Continente.
Hay millones de republicanos disconformes con el advenimiento de Trump y la adopción de sus programas. Por ello, será de especial interés el desenvolvimiento de la campaña que ya ha dado inicio y de cómo la candidata demócrata atraerá a esos votantes, sobre todo, en los estados donde hay competencia.