Editorial

Una celebración trascendental

La cultura costarricense está de plácemes por el 70 aniversario de la Orquesta Sinfónica Nacional

Con la interpretación de la grandiosa Sinfonía Coral de Beethoven la noche del viernes 29 y la mañana del domingo 31 de octubre en el Teatro Nacional (TN), la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) celebra 70 años de existencia.

Hoy, el número de integrantes de la OSN casi duplica los 40 músicos que, dirigidos por el maestro uruguayo Hugo Mariani, ofrecieron su primer concierto el 31 de octubre de 1940 en el TN, con el nombre de Orquesta Nacional.

Y cuenta entre los aportes más significativos de la administración del presidente don Rafael Ángel Calderón Guardia que, poco después, se le diera rango estatal a la iniciativa mediante una subvención del entonces Departamento de Educación Pública y se le otorgara la designación de Orquesta Sinfónica Nacional, con la obligación de “ofrecer un concierto mensual gratuito a los estudiantes de colegios de segunda enseñanza”. Ya con el nombre oficial de Orquesta Sinfónica Nacional, la entidad ofreció su primer concierto el 15 de diciembre de 1942.

Esta primera etapa de la formación del conjunto filarmónico nacional culminó los esfuerzos iniciados desde fines del XIX por músicos costarricenses como el herediano Octavio Morales y el profesor José Joaquín Vargas Calvo, para dotar al país de una orquesta sinfónica.

Sin embargo, la tentativa más ambiciosa se debió en 1926 al maestro belga Juan Loots, director general de bandas, con la Orquesta Sinfónica de Costa Rica, que incluso realizó una gira por Guatemala y México, si bien al fin el proyecto no prosperó.

En este primer período de la OSN, el maestro Mariani fungió como director titular hasta 1948 y de nuevo de 1955 a 1966. El alemán Edvard Fendler; el estadounidense Joseph Wagner; el guatemalteco Ricardo del Carmen y el costarricense Carlos Enrique Vargas también fueron nombrados como directores titulares durante este período.

En 1962, a finales del gobierno de don Mario Echandi, mediante decreto ejecutivo se establece la OSN como institución cultural con esfera de acción propia, subvencionada por el Estado. Pero no será sino hasta 1970, con la creación del Ministerio de Cultura durante la segunda administración del presidente don José Figueres, que fructifican las condiciones para que la entidad adquiera el perfil y el rango artístico de una auténtica orquesta sinfónica profesional, mediante la reforma y reorganización impulsadas por don Alberto Cañas, primer ministro de Cultura, y, primordialmente, por el viceministro, don Guido Sáenz.

La reestructuración de la OSN consistió principalmente en la contratación de músicos del exterior y la permanencia de solo aquellos músicos nacionales que tuvieran un nivel técnico-musical comparable. La dirección titular del conjunto se le confió al maestro estadounidense Gerald Brown, quien fungió hasta 1980.

Parte importante de la reorganización fue también el establecimiento de un programa educativo, adjunto a la OSN, para la preparación de instrumentistas nacionales de un alto nivel. Esta fue una medida crucial para la supervivencia de la orquesta cuando, a raíz de la grave crisis económica acaecida a inicios de la década de 1980, durante el gobierno de don Rodrigo Carazo, la mayoría de los músicos foráneos renunciaron y muchos de los integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil estuvieron en condiciones de sustituir a aquellos que abandonaron el país.

Entre 1980 y 1986 la OSN tuvo varios directores titulares: el chileno-español Agustín Cullell; el mexicano Ildefonso Cedillo y el costarricense Elbert Lechtman, pero fue con la llegada del maestro estadounidense Irwin Hoffman, quien asumió la titularidad de 1987 al 2000, que la OSN adquirió el lustre interpretativo, calidad artística y categoría internacional que la distinguen hoy.

Durante las 14 temporadas que estuvo bajo la tutela artística del maestro Hoffman, la reputación de la OSN traspasó nuestras fronteras, con varias giras a Europa y Estados Unidos.

A partir del 2003, el maestro japonés Choséi Komatsu ha fungido como director titular y durante su gestión la Orquesta Sinfónica Nacional ha conservado el alto nivel de rendimiento que la caracteriza y le confiere prestigio como la máxima institución artístico-cultural costarricense.

El concierto especial de la OSN con la monumental Novena Sinfonía de Beethoven, es dirigido por el maestro Giancarlo Guerrero, nacido en Nicaragua pero formado musicalmente en Costa Rica, quien desarrolla una brillante carrera internacional y se desempeña actualmente como director titular de la Orquesta Sinfónica de Nashville, Tennessee. Participan, además, el Coro Sinfónico Nacional y un cuarteto vocal de solistas invitados del exterior. Sin duda, se trata de un acontecimiento artístico trascendental y una celebración magnífica del 70 aniversario de la Orquesta Sinfónica Nacional.

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