Hace poco más de 58 años, el 2 de diciembre de 1948, apareció enLa Nación un artículo sobre el uso de la mezcla de etanol y gasolina como combustible. En él se informa sobre la oposición de un ciudadano, al proyecto de la Fábrica Nacional de Licores (FANAL) para adquirir una nueva columna de destilación que permitiera obtener etanol absoluto; es decir deshidratado, para elaborar mezclas del alcohol con la gasolina. El costo del equipo rondaba el millón y medio de colones.
El ciudadano querellante indicaba que el uso más adecuado de la producción de alcohol y del equipo de Fanal era la producción de licores. Por supuesto que eran otros tiempos cuando, más que nunca, el petróleo era engañosamente barato y accesible.
Es importante considerar el destino de ideas avanzadas para su tiempo, como la que nos ocupa.
Efecto emancipador. Siempre digo a los estudiantes (y a quien quiera oírme) que los avances vienen solo de quienes perciben conexiones donde otros no las ven. Además, el progreso se da no solo porque alguien lo percibió, sino porque ese alguien, con una visión diferente, lo plantea y se lleva a la palestra.
En el ejercicio de mis funciones como Catedrático Humboldt en la Universidad de Costa Rica, he enfatizado el valor que los hermanos Alexander y Wilhelm von Humboldt asignaron al efecto emancipador que para el ser humano tiene el conocimiento.
El conocimiento fáctico permite la toma de decisiones con base en la razón. Además, los sucesos pueden ser analizados de acuerdo con un esquema de pensamiento libre del temor que inspira la conveniencia inmediata, la superstición o la manipulación. Esto es muy significativo en la ciencia y en la tecnología que se derive de ella, pues, al contrario de obras de arte majestuosas, el edificio científico no es estático y por ende está en perpetua construcción.
Posibles resultados. Es sumamente interesante pensar cuál hubiera sido el resultado de haberse mantenido vigente el concepto de biocombustible de la Costa Rica de 1948, cuando ni siquiera se usaba el vocablo. Las siguientes posibilidades vienen a la mente:
kEl etanol es producto de la fermentación de azúcares, como resultado del proceso de la fotosíntesis.
En principio, la fuente de la materia prima (azúcares) es energía química renovable. Entonces, puede afirmarse que, desde hace muchos años, la sociedad costarricense hubiera tenido clara la realidad física y política de la limitación que significa la accesibilidad al petróleo.
kDurante los últimos dos siglos, la humanidad ha desarrollado un modo de vida basado en máquinas térmicas dependientes de la energía generada en la combustión de materiales, principalmente de origen fósil: carbón mineral y petróleo.
Es posible pensar que la sociedad costarricense no hubiera tenido que redescubrir el concepto de etanol como combustible tres décadas después, cuando la mezcla de etanol y gasolina se estableció como acción política en la administración Carazo Odio y otras tres décadas después, durante la transición Pacheco de la Espriella- Arias Sánchez.
kEl problema del uso masivo de los combustibles fósiles está en la rápida liberación producida de carbono al ambiente (en la forma de CO2), a partir de inmensas cantidades de carbono que estuvieron depositadas en la corteza terrestre.
Es posible pensar que la sociedad costarricense de este último medio siglo sería sin ninguna duda más inclinada a entender y practicar un estilo de vida que implicara una verdadera comprensión de sustentabilidad ambiental, no solo en lo referente a calidad de vida, sino en lo referente a la mitigación de los costos económicos y políticos asociados a la importación de combustibles de origen fósil.