En marzo florecen muchas de nuestras orquídeas, especialmente la guaria morada y la blanca. Pero este año, también en marzo, florecen no solo las orquídeas sino también la cultura y el arte con el Festival Internacional de las Artes que se inaugura oficialmente hoy.
Y digo oficialmente porque ya ayer se proyectó la película Carne trémula, de Pedro Almodóvar, y luego seguirán otras películas de México, Canadá, Bélgica, Francia y Brasil. Es la primera vez que el cine estará presente en el Festival.
Me parece que este año las actividades culturales son más amplias y variadas, lo cual debemos agradecer a los organizadores que sacrifican su vida familiar y horas de sueño para que todo salga bien. La poesía tiene un lugar importante con el encuentro de conocidos y valiosos poetas de Colombia, México, Chile, Argentina, Perú y, naturalmente, Costa Rica.
La danza está muy bien representada por delegaciones de los Estados Unidos, Argentina, España, México, Chile, Honduras, Venezuela y Nicaragua. Pero Costa Rica no se queda atrás y todos los grupos importantes estarán también presentes.
En la música se mezclan los conjuntos locales con delegaciones tan lejanas como China. Varios de los espectáculos se presentarán al aire libre, en plazas y en las calles, y muchos serán gratuitos. Conviene destacar Tangos de una noche, con Susana Rinaldi, a quien, además de los músicos que vienen con ella, acompañarán la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Sinfónico Nacional.
Los platos fuertes. Y las artes plásticas estarán presentes en la Feria que se llevará a cabo en el Parque España. Ahí, artistas de tanto prestigio como Leda Astorga y Zulay Soto y sus compañeras del Colectivo de Artistas Costarricenses no solo mostrarán su obra sino que trabajarán frente al público.
Pero es el teatro el que, me parece, nos trae los platos fuertes. Además de las compañías locales, que visten sus mejores galas, tenemos teatro de Cuba (La cándida Eréndira), de Chile (bajo la dirección de la costarricense Alejandra Gutiérrez), de España, de los Estados Unidos, de Italia (espero que sea algo mejor que la tontería Nunsense que presentaron la vez pasada), de México, de la República Dominicana, de Suiza, de Uruguay y de Venezuela (con obras cortas del dramaturgo mexicano Emilio Carballido tan conocido aquí).
Hay dos presentaciones que considero importante destacar, ya que uno de los problemas de estos festivales es decidir qué ver en tan poco tiempo puesto que es imposible asistir a todo. Me refiero a Esta noche Oscar Wilde (el rey de la vida), de Jorge Denevi, dirigida y actuada por Pepe Vázquez. Se trata de una especie de conversación del genial autor irlandés con el público durante la cual van brotando, como pequeñas flores, su vida, su genio, sus ideas y el puritanismo y la hipocresía que lo destruyeron.
Pero lo más importante es que esta obra marca el regreso del gran actor Pepe Vázquez, poco conocido por las nuevas generaciones, pero quien convivió con nosotros muchos años durante los cuales fue el mejor autor. No solo ganó varios premios nacionales sino que fortaleció el teatro costarricense. Recuerdo que en una ocasión me dijo Beto Cañas, medio en broma pero muy en serio, que se debería pasar una ley prohibiendo que pudiera abandonar el país. Recuerdo también con agrado muchas noches, después de una función, durante las cuales compartí con Pepe una empanada chilena, una copa de vino tinto y muchos temas teatrales.
"Con lágrimas y sangre". La otra obra que recomiendo es Largo viaje de un día hacia la noche, de Eugene O´Neill, que presenta el Grupo de la Gaviota de Uruguay.
O´Neill escribió esta obra "con lágrimas y sangre" durante varios años, y en 1941 la entregó a su esposa Carlotta Monterrey como un regalo de aniversario. "Sin tu amor y ternura --escribió en la dedicatoria-- no hubiera podido enfrentar los fantasmas de mi familia". Porque la obra describe un día (solo un día) de su vida con su hermano, su padre y su madre. Pero ese día guarda todos los rencores, la miseria, el amor y el odio de toda una vida. Por eso O´Neill prohibió que la obra fuera publicada o llevada a la escena mientras cualquiera de los personajes estuviera vivo. Y la primera presentación fue en 1956 después de su muerte.
Con esta obra regresa ese matrimonio compuesto por la magnífica actriz Lilian Olhagaray y el gran actor y director Juver Salcedo. Debemos recordar que en 1974 Lilian y Juver ganaron los premios nacionales como la mejor actriz y el mejor actor por La muerte de un viajante, de Arthur Miller. Y en 1990 volvieron a deslumbrar con sus actuaciones en Pareja en crisis. Por cierto que Juver, en uno de los últimos ensayos, en el cual estuve presente, se cayó y se lesionó, y toda la temporada la hizo bajo un fuerte dolor que no afectó en nada su actuación.
Los costarricenses tenemos ahora una magnífica oportunidad de entrar en el mágico mundo del arte. Hagámoslo sin restricciones, sin prejuicios, con la mente abierta, para que el Festival cumpla con su propósito de iluminar nuestro intelecto y nuestras emociones.