En Costa Rica el aborto no se penaliza cuando compromete la vida de la madre; en el resto de casos, constituye un delito. No hemos conocido casos de juzgamiento, solo el allanamiento, por parte del Organismo de Investigación Judicial, de las oficinas de la Asociación Madre Selva, donde supuestamente operaba “una clínica clandestina de abortos” ( Diario Extra , 4-7-2008).
Según la Asociación Demográfica, en nuestro país se realizan “27.000 abortos voluntarios por año” ( La Nación , 30-9-2012); es decir, hay un aborto voluntario cada 20 minutos (los que, dada la legislación vigente, son ilegales y clandestinos) y no hay reporte de muertes asociadas a abortos mal practicados.
Desde luego, siempre es preferible un aborto practicado en condiciones seguras que insalubres, y por personal calificado antes que por empíricos.
Dadas las estadísticas, la atención por abortos mal practicados no es un problema de salud pública, aunque sí urge educar para se reduzca dramáticamente la práctica de más de 70 abortos voluntarios al día, sin olvidar que, como lo afirma Richard Morton –director de The Lancet– “condenar, estigmatizar y criminalizar el aborto son estrategias crueles y fallidas” para intentar reducirlo ( El País , 20-1-2012).