Estudios del IAFA demuestran que un alto porcentaje de la población consume bebidas alcohólicas, con lo que convierte el alcohol en la droga más utilizada en nuestro país, ya que socialmente es aceptada y forma parte de la mayoría de las celebraciones personales, familiares, comunales. Muchos la asocian con el esparcimiento, la distracción y hasta utilizan el termino “enfiestarse” para referirse a los espacios donde saben se pasarán de tragos.
Los ticos se caracterizan por ingerir grandes cantidades de bebidas alcohólicas en poco tiempo, no consumen alimentos y buscan el efecto del alcohol como droga. Tienen dificultades para percibir la embriaguez y solo consideran que la persona “se pasó de tragos” cuando está intoxicada, producto de altas dosis de bebida.
Con la modificación a la Ley de Tránsito se ha publicado información que asocia al alcohol con el manejo de vehículos automotores, lo que pone en el tapete la necesidad de abstenerse de consumir cuando se maneja un automóvil. También se discute si es procedente poner una multa y enviar a la cárcel a una persona que maneja con “tragos”. Esto motivó, en la última semana del año 2008, a que un abogado interpusiera un recurso de amparo ante la Sala IV, aduciendo que “si el alcoholismo es una enfermedad, se debería enviar a las personas a tratamiento o rehabilitación de su problema de salud y no a la cárcel, tal como lo dice la ley de tránsito”.
Abuso y dependencia. La Asociación Americana de Psiquiatría, (APA por sus siglas en inglés) define 2 categorías de consumo problemático: abuso y dependencia. El abuso se da cuando la ingesta pone en riesgo la propia salud o la de terceros, altera las relaciones familiares o laborales, pero aún cumple con criterios de tipo físico.
La dependencia se da cuando el individuo necesita tomar cada vez más cantidades para obtener los mismos síntomas que al principio (esto se llama tolerancia a los efectos del alcohol) y, al suspender el consumo, se presentan temblores, nerviosismo, alucinaciones y, cuando toma un trago, es incapaz de detenerse, lo que resulta en crisis etílicas denominadas popularmente como “tandas”.
Se habla de enfermedad cuando la persona depende del alcohol y necesita rehabilitación; pero el consumo excesivo también debe tratarse en forma ambulatoria con terapias más rápidas y efectivas.
Consumo excesivo. Un porcentaje alto de los accidentes mortales de tránsito ocurren en jóvenes varones entre los 18 y 35 años que no son dependientes o no son alcohólicos, pero sí consumen en forma excesiva y peligrosa. Estos individuos no perciben su conducta como riesgosa porque están rodeados de personas que se comportan en forma similar y aceptan este comportamiento.
Esta percepción errada se debe a que en Costa Rica se considera como problema solamente al alcohólico deteriorado que perdió familia y empleo, dejando de lado los que consumen excesivamente. Sin pensar que estos individuos necesitan tratamiento o alguna intervención especializada.
La ley logra penalizar el consumo de alcohol asociado al manejo y toma en cuenta el tratamiento, aclarando que para recuperar la licencia de conducir, deben someterse a terapia. Por ello se está trabajando en la reglamentación de la ley, con el fin de que el IAFA ofrezca el tratamiento necesario para que los bebedores tomen conciencia de los problemas que tiene su forma de consumir y se motiven al cambio. Esto, unido a las altas multas, sin duda contribuirá a disminuir esta conducta tan poco saludable.
Las diferentes instituciones gubernamentales y privadas deben elaborar un plan nacional que regule las situaciones relacionadas con el consumo de alcohol y sus consecuencias. Solo así se logrará modificar el consumo riesgoso de casi una cuarta parte de la población costarricense.
En esta labor el IAFA tiene un papel fundamental por ser la institución especializada en la materia y desde hace varios años trabaja para lograr concretar proyectos que son sumamente necesarios para la salud de los costarricenses y así disminuir los costos económicos y sociales que se producen por el consumo excesivo de alcohol.