Desde mediados del 2022, Costa Rica es testigo de una apreciación sostenida del colón, que alcanza niveles que no se veían desde el 2014. El fenómeno, aparentemente positivo para algunos sectores, es un desafío significativo para otros, especialmente aquellos con ingresos en dólares, pero sus costos están mayormente en colones.
No son pocos los sectores, instituciones y voces expertas que vienen alertando sobre los efectos negativos de la apreciación sostenida del colón. El Colegio de Licenciados en Ciencias Económicas señaló que, a pesar del aumento de ingresos en dólares por exportaciones, al convertirlos a colones para cubrir los costos de producción se produce un impacto negativo en la rentabilidad empresarial, y estimó que, para diciembre del 2023, los exportadores experimentaron una reducción del 6,7 % en su beneficio neto en colones.
Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior y presidente de la Junta Directiva de Procomer, en una carta remitida al presidente del Banco Central, Róger Madrigal, advierte de la suspensión parcial o total de nuevos proyectos y reinversiones de empresas exportadoras y multinacionales ubicadas en zonas francas.
El Ministerio de Turismo y el de Agricultura también alertaron formalmente a las autoridades del Banco Central sobre esta pérdida de competitividad, lo cual se traduce en una afectación directa a las empresas turísticas y productores agrícolas, de los que dependen miles de familias que viven de las diversas fuentes de trabajo que generan el turismo o actividades como el café, la piña, el banano, la papaya, las plantas y los follajes, que se encuentran justamente en las regiones con las tasas de desempleo más altas de nuestro país.
Se dice que en esta situación hay algunos ganadores y perdedores, pero es imperativo que se visualice su impacto neto en el tiempo, ya que, si se prolonga demasiado el efecto negativo sobre los perdedores, sus consecuencias serán graves para toda la estructura productiva, y aumentará el desempleo, ya que las empresas que llegaron a un nivel de pérdida requieren ir más allá de la contracción de las inversiones y tomar medidas extremas, como los despidos.
Es decir, vamos a tener nuevos perdedores, que son los trabajadores y sus familias de una gran parte del sector productivo.
Lamentablemente, estas consecuencias comienzan a visibilizarse. La compañía productora de banano Standard Fruit Company (Dole) anunció el despido de 111 personas, tras el cierre de las fincas Roxana y Parismina en Guápiles de Limón, debido a las complicaciones financieras provocadas por el comportamiento del tipo de cambio del dólar.
Estos hechos contrastan con los argumentos del Banco Central, que atribuyen la apreciación del colón, en buena medida, a los éxitos de los exportadores y la industria turística. No obstante, información que proviene del mismo Banco Central (BCCR) apunta a que las principales razones están en otras partes.
De acuerdo con los datos del BCCR, el acumulado en el 2023 de las transacciones del sector privado en ventanilla de las entidades financieras fue de $7.353 millones, y se reportan transacciones bajo la partida “otros” por un total de $5.755 millones. Es imperativo entonces que el Banco Central detalle de manera transparente el origen e importancia de la partida “otros”.
Dentro de la categoría “otros”, se incluyen operaciones relacionadas con la inversión extranjera directa, pero también parecen estar operaciones de capitales financieros. Las altas tasas de interés en colones prevalecientes, derivadas de la política monetaria del Banco Central durante el 2022 y el 2023, pueden explicar parte de estas operaciones financieras, incluidos recursos que provienen de capitales especulativos.
Adicionalmente, en las transacciones del BCCR para el sector público no financiero, solo el año pasado, se reporta el ingreso de más de $3.600 millones que provienen de la política de endeudamiento externo del gobierno, que también aumenta la cantidad de dólares en la economía, al punto que el Banco Central registra un récord histórico de reservas internacionales.
A diferencia de lo que considera el presidente del BCCR, que el aumento de los ingresos en dólares responde al éxito de los exportadores y la actividad turística, la apreciación excesiva del colón obedece en mayor medida a su política monetaria y a la política de endeudamiento externo del gobierno de los últimos años.
Ante este panorama, el llamado de la Cámara de Industrias de Costa Rica, al igual que el de la mayoría de los productores, debe ser atendido por las autoridades del BCCR, quienes deben tomar las medidas necesaria para revertir el impacto de la coyuntura actual, para que el tipo de cambio se estabilice en rangos razonables para la realidad de Costa Rica.
El autor es presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).