El sistema de salud pública experimenta un serio problema debido a la carencia de médicos especialistas. La demanda es alta y lo preocupante es que el país sigue sin vislumbrar una pronta solución.
Dos factores influyen en la insuficiencia de especialistas: limitados cupos para la formación académica de los profesionales y fuga de los pocos que forman parte del sistema de salud pública.
Durante mucho tiempo, las universidades privadas lucharon por el aval para formar médicos especialistas y lo consiguieron, pero yo me pregunto de qué sirve que más universidades impartan especialidades médicas si los cupos para la formación en los hospitales públicos son limitados. Miles de pacientes año tras año esperan ser atendidos. La falta de médicos especialistas afecta al paciente, a nadie más.
Con ello, por otra parte, se incumple uno de los objetivos de desarrollo sostenible: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”.
Atender las necesidades sanitarias de la gente y atacar los principales problemas de salud es un desafío nacional. Según las Naciones Unidas, “se podrán conseguir avances significativos a la hora de ayudar a salvar las vidas de millones de personas” si contamos con “una financiación más eficiente de los sistemas sanitarios, un mayor saneamiento e higiene, y un mayor acceso al personal médico”.
En este último apartado, estamos debiendo mucho todavía. La falta de especialistas no se debe solamente a la poca capacidad institucional para la formación académica de los profesionales. La fuga de médicos también influye y pone en jaque a los tomadores de decisiones. Como si el problema no fuera suficiente, al parecer, algunos de los pocos profesionales que tiene el país no se sienten atraídos por el sistema público y prefieren migrar al privado.
Sin embargo, la mayor demanda de atención especializada está en la seguridad social y no en la consulta privada, a la cual cientos de miles de personas no tienen acceso, una realidad que debe ocuparnos a quienes, de una u otra manera, nos desempeñamos en el campo de la salud. Las autoridades deben tomar acciones porque el paciente no puede seguir esperando.
Costa Rica es elogiada por tener uno de los mejores sistemas de salud de Latinoamérica, pero tiene debilidades que atacar. La carencia de médicos especialistas enferma cada vez más al sistema. A lo largo de los años se han propuesto soluciones parciales para aliviar los efectos, cuando lo que realmente se requiere es una cura pronta y eficaz a través de la innovación y de modificaciones sustanciales en la forma como gestionamos los servicios de salud.
La autora es rectora de la Ucimed.