En La Nación del pasado miércoles 14 de marzo, mi estimado amigo Enrique Obregón Valverde –a quien tengo un profundo respeto como uno de los intelectuales más connotados de la Costa Rica contemporánea– hizo un balance muy positivo del esfuerzo que, desde la Municipalidad de San José hemos hecho, no solo por renovar la capital, sino por recuperar su espíritu.
Al mencionar el proyecto del barrio Chino, mi amigo don Enrique omite, sin embargo, mencionar el reconocimiento que, como país que nació de la inmigración y de la mezcla de etnias y culturas, le debemos los costarricenses a las muchas generaciones de ciudadanos, de origen chino, que han realizado una enorme contribución a la historia y a las tradiciones que definen la identidad y la idiosincrasia de nuestra tierra.
Historia. La historia de la comunidad china en Costa Rica se remonta al siglo XIX, cuando muchos ciudadanos de ese país vinieron al nuestro por la construcción del ferrocarril y decidieron quedarse. Por este motivo, desde el gobierno local, estamos convencidos de que es precisamente la historia la que avala, entre otras razones, que San José, como sucede en muchas ciudades del mundo, –tan diversas como Nueva York, San Francisco o Barcelona–, tenga su propio barrio Chino. Concretamente, en el paseo de los Estudiantes y sus alrededores, en años recientes, y por afinidad de quienes lo habitan y por intereses comerciales, ha sido paulatinamente ocupado por negocios que en un alto porcentaje son de ciudadanos de origen oriental. Existen en este momento en ese sector más de 60 patentes de establecimientos comerciales que pertenecen a ciudadanos de la colonia China, y solo en el paseo de los Estudiantes en el tramo dónde se está construyendo el eje peatonal, de 66 propiedades existentes, 21 pertenecen a chinos. De manera que no son ¨los cuatro amigos orientales¨ que dice don Enrique.
También es importante aclarar que lo que se pretende consolidar como barrio Chino no es el paseo de los Estudiantes, sino un sector más amplio comprendido entre las avenidas 2 y 14 y las calles 11 y 7, dentro del cual se encuentra una parte de este paseo que será convertido en eje peatonal.
Nombre se mantiene. Por otra parte, le puedo decir a don Enrique que puede estar tranquilo, en lo que concierne al nombre del paseo de los Estudiantes, porque, como ya he aclarado anteriormente, nunca se ha cuestionado y, por ende, seguirá siendo un homenaje a los alumnos del Liceo de Costa Rica, del Colegio de Señoritas y de otras instituciones educativas, quienes, a lo largo de los años, protagonizaron allí grandes luchas por la democracia y que también evocan pasajes muy importantes de nuestra historia.
La transformación de la congestionada calle que hoy está más al servicio de los autobuses y carros particulares y muchos de sus edificios sufren de un grave deterioro, en un verdadero paseo peatonal, es una oportunidad más para rescatar el espíritu de la ciudad, como un punto de encuentro de nuestra sociedad.
En la nueva nomenclatura urbana, que la Municipalidad instalará en los próximos meses, y que pretende solucionar el problema de las direcciones físicas en la ciudad, el nombre consignado para la calle 9, al sur de la avenida segunda, es el de “paseo de los Estudiantes”, como corresponde, porque así lo conocen los josefinos y los costarricenses, y es el que históricamente ha tenido.
Esta iniciativa de renovación urbana conocida como barrio Chino lo que pretende es, con respeto al patrimonio arquitectónico e histórico de la zona, combinar lo costarricense con elementos decorativos que recuerdan la milenaria cultura china, de manera que se establezca un nexo cultural entre ambos pueblos y entre ambos países, y reivindica el papel de la ciudad como espacio de inclusión social y de integración de la diversidad humana, algo que es fundamental para una capital como San José.
Finalmente este proyecto, que mejorará la calidad de vida en el sector, promoviendo el comercio, generando empleos e impulsando el progreso económico y social de muchas personas, también ha contado con el apoyo decidido y entusiasta de la comunidad China residente en Costa Rica y con el valioso aporte del Gobierno de la República Popular China y su capital, Pekín, ciudad hermana de San José, reafirmado una vez más los lazos de amistad y buena voluntad con Costa Rica y su ciudadanía.