Es necesaria una mejora sustancial en la competitividad y el ambiente de negocios del país para generar nuevos empleos, así como se requiere cacao para hacer chocolate.
El desempleo es de un 9,3 %, uno de los aspectos de preocupación más importantes para la sociedad.
Deben adoptarse con prioridad las siguientes acciones:
1. Apoyar firmemente al sector que genera empleo. El sector productivo privado es el mayor creador de puestos de trabajo, por lo cual se le debe brindar las condiciones necesarias para generar empleo en mayor cantidad y calidad.
Más empleo y mejores condiciones laborales exige una mejora en la competitividad y en el clima de negocios para las empresas.
2. Exigir al INA formación técnica acorde con la demanda. Una de las grandes dicotomías del mercado laboral costarricense es tener trabajadores desempleados, por un lado, y, por otro, a las empresas señalando la pérdida de oportunidades laborales por el faltante de mano de obra especializada y debidamente capacitada.
El principal problema del INA es el tiempo que demandan los estudios de prospección para detectar las necesidades de capacitación, los cuales duran un año, más el tiempo de espera de la aprobación de presupuesto para incorporar esas necesidades. Cuando se ajustan los programas de formación, posiblemente la necesidad no existe.
La subejecución del presupuesto del INA es inaceptable, como lo es también continuar formando personas en áreas sin demanda. Los Comités de Enlace deben ser el punto donde se analicen las necesidades de equipo, infraestructura y capacitación para los sectores industrial, comercial, turístico y agrícola. El plan de modernización de la formación profesional presentado por la actual gestión va en la dirección correcta.
3. Observatorio laboral para la medición de recurso humano del mercado laboral. No existe un ente para albergar toda la información del mercado laboral y presentar la realidad.
El observatorio laboral adscrito al Ministerio de Trabajo es la instancia apropiada. Sin embargo, por razones de presupuesto, falta de capital humano y logístico, no ha funcionado. El departamento requiere de una coordinación adecuada con las otras áreas del Ministerio de Trabajo, el INEC, los sectores laborales, las cámaras empresariales, los institutos técnicos y las universidades públicas y privadas a fin de coordinar una metodología innovadora para tomar las decisiones adecuadas general y sectorialmente.
4. La innovación en el empleo. Haciendo lo mismo no podemos pretender reducir el desempleo. Se debe innovar en las carreras profesionales y fomentar el emprendedurismo. Nuestra población joven es innovadora, pero faltan condiciones apropiadas en los 36 primeros meses, como, por ejemplo, una escala de cargas sociales e impuestos diferenciada, adaptada a las características de inicio de un negocio, concedidos por la Caja Costarricense del Seguro Social y el Ministerio de Hacienda. Un mercado promotor de los negocios innovadores genera la creación de nuevos puestos de trabajo y a mediano plazo contribuirá a disminuir el desempleo.
5. Coordinación con la Asamblea Legislativa en proyectos laborales. La legislación de educación dual debe retomarse; no es posible archivar un proyecto de ley regulador de la actividad de aprendizaje de los estudiantes recién egresados de colegios técnicos y del INA. La práctica profesional de los estudiantes debe considerarse como un aprendizaje que les brinde un apoyo económico para sus necesidades de transporte, alimentación y estadía, sin considerarlo una relación laboral. La formación dual permite la agilización de la capacitación, punto fundamental en la productividad de las empresas y en la disminución del desempleo en el país.
El presidente electo, Carlos Alvarado Quesada, y el próximo jefe de fracción del partido de gobierno, Víctor Morales Mora, ocuparon el cargo de ministro de Trabajo, lo cual permite tratar con ellos los temas laborales con claridad y conocimiento.
Cabe señalar, por ejemplo, la esperada disminución de la oferta laboral por el impacto de la automatización. Es urgente una coordinación adecuada entre los sectores para estar preparados para la disrupción.
El autor es presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica.