Robert Aumann, premio nobel de economía en el 2005, dijo que la ciencia de la economía se refiere al estudio del impacto de los incentivos. La economía nos enseña que las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, supongan que desean aumentar los ingresos derivados de los impuestos. Para lograrlo, obviamente deberían elevar la tasa de impuestos, ¿correcto? No, la respuesta es incorrecta. La mejor estrategia consiste en bajar la tasa de impuestos para que la gente tenga un incentivo para trabajar o para reducir la elusión y evasión fiscales, para animar la economía o por cualquier otra razón.
Suponga que quiere prevenir la guerra. Para lograrlo, obviamente usted debería desarmarse y reducir la cantidad de armamento. ¿Correcto? No, incorrecto. Debería hacer todo lo contrario. En la larga etapa de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que evitó una guerra “caliente” fue el hecho de que bombarderos que llevaban armas nucleares estuvieran en el aire día y noche durante todo el año. El desarme habría llevado a la guerra.
No tener ejército no significa dejar de invertir en recursos humanos e infraestructura para las policías. Los 17 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el 2023 fueron una mala señal para la seguridad ciudadana, pero una oportunidad para la delincuencia.
Por otro lado, un estudio de investigadores de la Reserva Federal de Nueva York, publicado en el 2014 para los EE.UU., muestra que, aunque suene como una buena idea subsidiar la matrícula de las universidades, ya que aumenta el número de postulantes, reduce el esfuerzo de los estudiantes.
Esto se desprende de que un subsidio elevado causa un aumento en el porcentaje de personas menos capaces y menos graduados universitarios motivados. Además, y potencialmente más importante, todos los estudiantes, incluso los más motivados, responden a matrículas más bajas disminuyendo su esfuerzo, lo que conlleva menores promedios de calificación al graduarse.
En Costa Rica, de acuerdo con un estudio publicado en el 2017 por la OCDE, las matrículas de las universidades públicas favorecidas por el FEES eran aproximadamente la mitad de las que pertenecen al sector universitario privado no subvencionado.
El estudio concluyó que la existencia de cuantiosos subsidios a todos los estudiantes de las universidades públicas a través de matrículas bajas es injusto por varias razones: muchos de los estudiantes pueden pagar más, es injusto en relación con los estudiantes de las universidades privadas que reciben muy pocos subsidios y es una subvención que apoya a un sector favorecido de la cohorte de jóvenes que eventualmente recibirán mejores salarios después de graduarse.
Datos públicos de la Universidad de Costa Rica revelan que la institución abrió las puertas de sus aulas para recibir a 10.242 estudiantes de nuevo ingreso en el 2024, de los cuales más del 70 % provienen de colegios públicos y la mayoría del restante 30 %, de colegios privados.
Las cifras muestran una sobrerrepresentación de los nuevos ingresos provenientes de colegios privados, que representaron menos del 10 % de los graduados de secundaria durante el 2023. Al subsidiar generosamente la matrícula a ambos grupos, se crea un subsidio cruzado, en donde el 70 % de los estudiantes subvenciona al 30 % que ya pagaba elevadas colegiaturas en el sector privado.
El FEES se considera una inversión social que promueve la igualdad de oportunidades entre los estudiantes de las universidades públicas, sin que se asocien indicadores de desempeño a esta inversión. Por ejemplo, el Conare publicó datos donde se muestra que el número de diplomas otorgados en el 2023 ascendió a 20.804, es decir, una disminución del 2,3 % con respecto al 2021.
La OCDE publicó en el 2022 que el 20 % de los graduados cursaron carreras STEM, que incluye a todos los graduados en ciencias naturales y matemáticas, tecnologías de la información y la comunicación, e ingeniería. El promedio de los miembros de la OCDE fue del 25,5 %, y Alemania, que lidera el grupo, alcanzó un 35 %. Costa Rica ocupa una de las últimas posiciones.
Cerrar la brecha laboral entre la oferta universitaria y la demanda de las empresas locales y extranjeras no está dentro de los indicadores del FEES ni es prioridad para las universidades públicas.
El Observatorio Laboral de Profesiones (OLAP), dependiente del Conare, mostró que en el 2022 los graduados en carreras STEM tuvieron la mayor probabilidad de conseguir empleo apenas se titularon.
Costa Rica no es la misma que hace 50 años: se necesitan muchos más tractores que violines.
El autor es investigador asociado a la Universidad Lead y miembro de la Academia de Centroamérica.