La Comisión Lancet de Salud Global en Sistemas de Salud de Alta Calidad, compuesta por un nutrido grupo de expertos, criticó las estrategias empleadas en el combate de la covid-19 con el propósito de estar preparados para afrontar la posible próxima crisis sanitaria mundial.
Una de las críticas está relacionada con la tardanza de la declaración del nuevo coronavirus como una emergencia sanitaria mundial, lo cual repercutió en el poco apoyo inicial para establecer reglas generales o protocolos para la restricción de los viajes internacionales a fin de frenar la propagación del virus.
Los expertos consideran que el respaldo al uso de mascarillas fue tardío y el reconocimiento de que el SARS-CoV-2 se transmite por aerosoles, también.
En cuanto a las recomendaciones emitidas, el informe pide intensificar los esfuerzos tanto de gobiernos como de la comunidad científica para hallar los orígenes del nuevo coronavirus, investigar su posible origen zoonótico y su posible origen durante la investigación en laboratorio.
El grupo de expertos no hizo ninguna observación o recomendación sobre calificar la crisis sanitaria de pandemia-sindemia, como le decimos quienes detectamos la sinergia entre el agente infeccioso y las enfermedades crónicas de los pacientes y sus inequidades sociales.
La declaración de una sindemia habría promovido la atención de las enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer y obesidad, entre otras. Paradójicamente, al centrar todo el sistema de salud en la atención del virus, en detrimento de las comorbilidades, se causó una mayor mortalidad asociada a la covid-19.
Aparte de lo indicado por el grupo de expertos, un error de la Organización Mundial de la Salud, que indujo a falsas expectativas, fue indicar que con las vacunas se alcanzaría la inmunidad de rebaño, lo cual evidentemente no es cierto, debido a que aunque son muy eficientes para evitar la gravedad de la enfermedad no detienen el contagio.
Por otro lado, Donald Trump perdió los meses de enero y febrero del 2020, un tiempo muy valioso para atender la covid-19, pues su resistencia a reconocer la crisis fue un factor en contra de la contención.
Son lecciones que debemos recordar para salvar la mayor cantidad de vidas posibles cuando emerja una crisis de iguales o mayores proporciones.
El autor es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
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