Cuando hoy en día se menciona el nombre del cantón número tres de la provincia de San José: Desamparados, lamentablemente lo que viene a la mente de mucha gente son cosas desagradables. Pues hoy quiero resaltar que quienes vivimos en Desamparados – cantón que en este año 2012 cumple sus 150 años– tenemos muchas cosas para sentirnos orgullosos y tenemos el deber de luchar por nuestras costumbres y nuestra identidad.
Revisando la historia de Desamparados, de sus hijos e hijas, nos encontramos, por supuesto, con la gran figura del maestro Joaquín García Monge, pero existieron otros como el poeta Domingo Monge Rojas, el pintor Chepito Ureña, el periodista Francisco María Núñez, el profesor don Gabriel Ureña Morales y muchos educadores y educadoras que han formado numerosas generaciones de valiosos costarricenses.
Desamparados es nombrado Villa por el mes de julio del año 1855, situación que se deriva de la activa lucha por mejorar de los vecinos de ese territorio, el cual, además, era reconocido por su belleza geográfica y por su gran prestigio en el arte, la cultura y en lo religioso. Ese empuje de sus familias hace que muchas de ellas salieran para fundar nuevos caseríos hacia el sur, que con los años se convertirían en cantones como el caso de Pérez Zeledón y los Santos, y de ahí el nombre de “madre de pueblos”.
Posteriormente, el 4 de noviembre de 1862, por medio de la Ley de Ordenanzas Municipales es nombrado cantón, y por eso este año por lo grande celebraremos 150 años de ese gran acontecimiento.
Sin embargo, esa capacidad de “madre” del cantón de Desamparados no se quedó en esas épocas. En los años sesenta y setenta del siglo pasado, abrió sus puertas a muchas familias de distintas zonas del país quienes se vinieron a cumplir el sueño de tener casa propia en las distintas urbanizaciones que se empezaban a construir y asumieron como suya la tierra que los acogió. También Desamparados como madre educativa empezó a “adoptar” a muchos jóvenes que encontraron en los distintos colegios la opción para educarse y ampliar sus horizontes, como, por ejemplo, en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria.
Al llegar los años ochenta, Desamparados se llenó de muchos proyectos de vivienda de interés social y por supuesto de más gente, luego de personas de distintas nacionalidades. Hoy muchos años después, convivimos todos en los 118,26 km² que conforman el territorio rural y urbano de nuestro cantón y anhelamos, la gran mayoría, rescatar nuestra identidad desamparadeña y otros conocerla y asumirla como propia.
Rescate de valores. Este año 2012 debe propiciarnos a los desamparadeños y desamparadeñas a evocar el Desamparados de antaño e histórico, añorando sus paisajes, sus costumbres, sus artistas y sus intelectuales, espacialmente aquellos que ya se han ido, pero que han dejado una amplia estela de trazos coloridos, de palabras con sentido, pinturas y pensamientos, que nos deben guiar para trazar el Desamparados de hoy, uno solidario, proactivo, dispuesto a construir un cantón más seguro y educado y, sobre todo, a sentirnos orgullosos de la tierra en que nacimos o vivimos hoy y comprometidos en construir familias de bien para dicha de nuestro país.
Queremos los hijos e hijas de la tierra de García Monge que los demás habitantes de este país se den cuenta de nuestra riqueza natural, humana y cultural y que, de una vez por todas, los medios de comunicación nos tiendan la mano para demostrar que Desamparados es mucho más que malas noticias, ya que quienes vivimos en el tercer cantón más poblado del país merecemos respeto y oportunidad de demostrar de qué estamos hechos.
En el marco de los 150 años de cantonato, los desamparadeños de todas las edades debemos retomar el llamado de don Joaquín García Monge de julio de 1955, “Los nuevos desamparadeños quieran a su ciudad, hónrenla, si son buenos y útiles. Estudien y crean en alguien o en algo. Si de veras creen, Desamparados crecerá, para contento y honra de todos sus hijos”.
Fernando Faith Bonilla. Miembro, Comisión Celebración de 150 años del Cantón de Desamparados