Es claro que con el aumento de la edad se produce una serie de “declives” naturales en muchas funciones. Solo en la vejez, la memoria se convierte en un aspecto destacado por pasar a ser un elemento de juicio; mientras que durante la juventud estos fallos de memoria se entienden como algo circunstancial, en los ancianos se consideran como algo interno y estable. Esto puede resultar un gran costo ya que, si las personas mayores prescinden de actividades mentales estimulantes e enriquecedoras, se puede producir un declive acelerado.
Hay un envejecer sano y otro patológico, pero los límites entre ambos realmente resulta difíciles de establecer. El envejecer patológico no permite a la persona llegar con pleno uso de sus facultades a la edad avanzada, pero el sano tampoco, ya que en muchos casos se presentan anormalidades en diversas habilidades cognitivas, mentales y hasta funcionales. Por ejemplo, un individuo con enfermedad de Alzhéimer presenta alteraciones cognitivas en la memoria, atención, funciones ejecutivas y velocidad de procesamiento de la información, pero también el anciano sano presenta alteraciones de este tipo, por lo que establecer la línea de corte entre el sano y el enfermo es de gran dificultad.
Sin embargo, cabe decir que durante el envejecimiento normal no se ven deteriorados ni el recuerdo de los sucesos lejanos, ni el conocimiento del mundo acumulado a lo largo de su historia, así como las habilidades que se han practicado mucho.
Estrategias de mejora. En definitiva, las personas sin demencia o ningún trastorno orgánico mejorarían sus habilidades con programas de estimulación y aprendizaje de diferentes estrategias. Con los programas de estimulación y aprendizaje lo que se busca es facilitar la recuperación de una habilidad perdida hasta una ejecución similar a la que se tenía con anterioridad (contrario a los programas de entrenamiento a personas con demencia, que se trabaja con lo que todavía se puede hacer y no con lo que se ha perdido).
La demencia es un trastorno del cerebro que hace que sea difícil para una persona recordar, aprender y comunicarse. Estos cambios hacen que sea difícil que las personas que tienen demencia se cuiden a sí mismas. Además también puede causar cambios en el estado de ánimo y en la personalidad.
La demencia es provocada por el daño a las neuronas. Una lesión en la cabeza, un accidente cerebrovascular, un tumor o una enfermedad en el cerebro (como la enfermedad de Alzhéimer) pueden dañar las neuronas y provocar demencia.
Muchos de los síntomas dependerán en qué etapa de la demencia se encuentren estos individuos, por ejemplo:
kPérdida de la memoria reciente: Las personas que tienen demencia olvidan cosas con frecuencia, pero nunca las recuerdan. Podrían hacerle la misma pregunta una y otra vez, y todas las veces se olvidan de que ya les ha dado la respuesta. Tampoco recordarán que ya hicieron la pregunta.
kDificultad para realizar tareas conocidas: los individuos con demencia podrían cocinar una comida y olvidarse de servirla, e incluso olvidarse de que la cocinaron.
kProblemas con el lenguaje: pueden olvidarse de palabras simples o usar las palabras equivocadas.
kDesorientación en el tiempo y el espacio: Pueden perderse en su propio domicilio, olvidarse de cómo llegaron a un determinado lugar y de cómo regresar incluso a su casa.
kFalta de juicio: Incluso una persona que no tiene demencia puede distraerse; sin embargo, las personas que sí la tienen pueden olvidarse de cosas simples, como el ponerse un suéter antes de salir cuando hace frío.
kProblemas con el pensamiento abstracto: pueden olvidarse de qué son los números y qué debe hacerse con ellos.
kColocación de objetos en el lugar incorrecto: pueden poner objetos en los lugares equivocados, como, por ejemplo, el hecho de colocar la plancha en el congelador o un lápiz en la azucarera.
kCambios en el estado de ánimo: pueden tener cambios rápidos en el estado de ánimo, van desde un estado de completa calma a las lágrimas y al enojo e ira en poco tiempo (incluso minutos).
kCambios de personalidad: pueden tener cambios drásticos de la personalidad de base al punto que pueden tornarse irritables, suspicaces o temerosos.
kPérdida de iniciativa: Pueden volverse pasivos, no querer ir a ningún sitio ni ver a otras personas.
Un problema de memoria se considera como grave cuando afecta la vida diaria. Otra diferencia entre los problemas de memoria normales y la demencia, es que la pérdida normal de la memoria no empeora con el tiempo.
Es importante tener claro que puede resultar difícil determinar por su propia cuenta si usted tiene un problema grave de memoria, por eso es recomendable que logre conversar con su médico sobre cualquier inquietud que tenga al respecto.