En el transcurso de la semana pasada, una nota de La Nación ( 12/06/2013 ) refirió a la posibilidad de que China haya variado la ruta del canal interoceánico proyectado en Nicaragua tomando en consideración una petitoria oficial hecha por parte de Costa Rica para que se “alejara” del Río San Juan.
Como bien se sabe, Costa Rica es el único Estado en Centroamérica en haber establecido relaciones diplomáticas con China: los cables de la organización Wikileaks evidencian la total sorpresa del aparato diplomático de EE. UU. acreditado en San José (usualmente bien informado).
Leímos incluso que la sorpresa lo fue también para Taiwán, y que Costa Rica con esta decisión buscó adelantarse a Nicaragua:
“El Gobierno de Taiwán estaba convencido de que sería Daniel Ortega, en Nicaragua, quien lo abandonaría para abrazar a China, según le manifestó Huang a Stephen M. Young, director del Instituto Americano en Taipéi. Esa fue una de las razones por las que el gobierno de Óscar Arias adelantó la decisión de reconocer a China. No quería estar en la posición de “seguir a Nicaragua” en ese tema, le dijo Bruno Stagno al embajador Mark Langdale, según otro de los cables”. ( La Nación , 4/03/2011 ).
El canal proyectado. Desde hace varios años, distintas opciones de rutas para esta vía interoceánica han estado en estudio en Nicaragua. Anunciada el 5/06/2012 por parte del Ejecutivo, el Legislativo de Nicaragua adoptó en julio del 2012 la ley 800 que establece la nueva Autoridad a cargo del futuro canal. Las autoridades de Nicaragua anunciaron recientemente que el canal proyectado no usaría la vía fluvial del San Juan.
No obstante, la nueva ruta – cuya ubicación exacta aún no ha trascendido oficialmente - ha despertado dudas en la misma Nicaragua por parte de diversos sectores así como por parte de especialistas en materia ambiental.
Se habla en medios de prensa de un canal con un ancho de 20 metros, una profundidad de 24 metros y de hasta 286 kilómetros de largo de la futura vía interoceánica proyectada por la empresa china a cargo de este megaproyecto. Para tener una idea, el Río San Juan cuenta con 210 kilómetros desde su salida del Lago de Nicaragua hasta su desembocadura en el mar, un ancho muy variable, y con una profundidad que en algunos casos no supera unos cuantos metros: el nombre antiguo de este río es “Río Desaguadero” y a la fecha no se tiene información técnica sobre la proporción existente entre el caudal del desaguadero natural del lago (el Río San Juan) en relación con el desaguadero artificial planeado (el canal interoceánico).
Una zona vulnerable. Tratándose de una zona rica en biodiversidad, particularmente sensible a las variaciones que pueda sufrir el delta del San Juan (en particular a partir de la bifurcación del San Juan con el Colorado), ambos ribereños del San Juan deberían – de mantenerse la idea de realizar esta obra colosal — encontrar un acuerdo para garantizar que siga fluyendo por el San Juan un caudal ecológico o lo que se denomina en la literatura moderna especializada el “caudal ambiental”, tal como fue definido en la Declaración de Brisbarne del 2007 y que se caracteriza de la siguiente manera: “Los caudales ambientales incluyen la cantidad, periodicidad y calidad del agua que se requiere para sostener los ecosistemas dulceacuícolas, estuarios y el bienestar humano que depende de éstos ecosistemas”. Bien es sabido, por ejemplo, que el déficit de aporte de sedimentos en un río causa modificaciones en la geomorfología de su delta, favoreciendo años más una desestabilización del litoral.
Por otra parte, el Lago de Nicaragua, de 8.000 km2, ubicado en territorio de Nicaragua, posiblemente no sea del todo ajeno a los acuíferos que existen (en Nicaragua) y a los acuíferos transfronterizos entre ambos Estados: ejemplo de ello es el acuífero compartido recientemente detectado en la cuenca del Río Frío entre Costa Rica y Nicaragua; o bien el acuífero regional detectado en el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minero ubicado en Las Crucitas.
En el año 2002, La Nación había informado sobre la merma del caudal del río San Juan (ver nota de prensa de La Nación , 29/04/2002) así como unos años después, en el año 2006 (ver nota de prensa con ilustrativa foto del 19/05/2006 ) de una familia caminando por el mismo lecho del Rio San Juan durante la época seca.
Si bien algunos analistas han revelado las ambiciones geopolíticas que pretende China con este mega-proyecto en la región (y que la forma apresurada en la que se aprobó la ley 840 que lo concesiona a una empresa china por 50 años el pasado 13 de junio por parte de la Asamblea de Nicaragua pareciera confirmar), el conocer la experiencia de China y de las empresas de este país a cargo de grandes proyectos de infraestructura realizados en materia de caudal ambiental sería altamente deseable.