El 14 de mayo se cumplieron 77 años de la Declaración de Independencia del Estado de Israel. Si se toma en cuenta el marco histórico en que ocurrió, se puede notar que ni fue una excepción ni se trató de un proyecto colonialista. Efectivamente, un breve repaso del marco histórico indica que dicho Estado fue creado dentro del contexto de la descolonización iniciada desde la Gran Guerra y fortalecida durante el desarrollo de la Guerra Fría.
Ambos procesos provocaron un proceso de debilitamiento de la hegemonía europea frente a su mundo colonial. Antes de la creación del Estado de Israel hubo ocho territorios descolonizados: Liberia (1847), Sudáfrica (1910), Irak (1930), Transjordania (posteriormente Jordania), Siria y Líbano, en 1946; Pakistán e India, en 1947.
En el mismo año de la creación del Estado de Israel también logran su independencia Mynmar y Sri Lanka y, al año siguiente, Indonesia y Laos; en total, 62 nuevos Estados fueron creados después de 1948, en un lapso de 42 años.
Por ello, la independencia de Israel tiene que ser interpretada dentro del proceso descolonizador; de hecho, el Mandato Francés y el Británico por la Liga de las Naciones consistía en administrar los territorios del antiguo Imperio otomano con la clara misión de descolonizarlos.
Por otro lado, se olvida muy fácilmente que no fue únicamente la Resolución de la ONU la que dio lugar al nacimiento del Estado de Israel, sino que también jugaron un papel fundamental las fuerzas paramilitares judías, que se enfrentaron al dominio británico en una verdadera guerra de independencia, guerra que tendría una segunda fase con los ataques de varios ejércitos árabes al momento mismo de la declaratoria por parte de la ONU.
Otro factor por tomar en cuenta fue el movimiento sionista, el cual fue la respuesta judía al nacionalismo xenofóbico europeo del siglo XIX. Nace en Europa, bebe de la experiencia nacionalista europea, pero reacciona a este y termina enfrentándose al poderío británico en Tierra Santa.
La descolonización de la tierra de Israel no fue una regalía británica, ni diplomática ni militar. Formó parte de un proceso mayor que también favoreció al mundo árabe, en particular, y musulmán, en general.
Se olvida muy fácilmente que la ONU votó positivamente por la creación de un Estado palestino, al cual Israel le dio su beneplácito. De allí que la acusación antisionista de que Israel representa un proyecto colonialista con el apoyo de Europa y Estados Unidos no se fundamenta, salvo que se admita que también favoreció al colonialismo árabe al sentar las bases de un nuevo Estado que no existía previamente (Palestina).
La propia ONU no movió un dedo para defender al Estado de Israel en la guerra de independencia que declararon los países árabes. Fueron las recién creadas fuerzas armadas israelíes las que repelieron el ataque y le infligieron una dolorosa derrota. Si hubiera sido por la ONU, el Estado judío habría nacido muerto; así como si hoy dependiera de la ONU, dicho Estado habría desaparecido.
Si hoy existe un lobby poderoso dentro de la sede neoyorkina que mueve hilos profundos son los Estados fundamentalistas musulmanes como Irán y Catar. Los árabes han atacado al Estado de Israel no por ser un proyecto colonial, sino por ser un Estado judío. No se trataba de una lucha contra un proyecto político per se; se trataba de una guerra religiosa por ser Israel una entidad infiel desde su perspectiva teológica.
No es casual que la guerra actual provocada por Hamás sea la de un proto-Estado confesional radical islámico, como tampoco lo es que el principal orquestador del conflicto sea el régimen fundamentalista de los ayatolas iraníes.
Esta es una constante en el conflicto palestino-israelí; desde la guerra de independencia, las guerras contra Israel han sido una lucha del Estado judío defendiendo su derecho a existir contra una serie de países que han reaccionado por sus propios intereses, pero no por los de un pueblo palestino que realmente no existía.
No hubo un solo ejército palestino que luchara contra Israel desde 1948, ni siquiera en la guerra de Yom Kipur, de 1973, ni cuando la resistencia armada tomó la forma de organizaciones terroristas con la creación de la OLP. Irán ha venido a tomar el relevo de Egipto, Siria, Irak y Jordania, entre otros.
Han sido 77 años de influencia radical musulmana que convirtieron el conflicto palestino-israelí en un conflicto con muchísimos actores, actores cuya participación no fue inicialmente para fundar un Estado palestino, sino para apropiárselo. La Franja de Gaza en poder egipcio es la mejor prueba.
Han sido también 77 años de existencia del Estado de Israel frente a movimientos musulmanes que han frenado el nacimiento de un Estado palestino.
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Rafael Cordero Chacón es profesor de Historia.