Hay quienes le denominan un gobierno mundial secreto y otros afirman que son los “amos del mundo”, pero el club o Grupo Bilderberg es un foro anual de liderazgo informal al que en teoría asisten las 150 personas más influyentes del mundo, mediante invitación.
Al revisar las listas de asistentes, se nota que tienen nacionalidad de los Estados Unidos, Canadá y Europa, representando a los países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que nació en 1949 como un sistema de defensa colectiva frente al comunismo.
Su oficina está en Leiden, Holanda, y el nombre viene del Hotel Bilderberg en el que tuvieron su primera reunión en los Países Bajos, el 29 y 30 de mayo de 1954, en plena Guerra Fría. La primera reunión fue convocada por el consejero político polaco Joseph Retinger, que fue designado secretario permanente.
La idea original era que los invitados fueran dos de cada país, uno conservador y otro progresista, pero actualmente eso no está tan claro.
El éxito del primer encuentro los incitó a continuar convocando una conferencia anual. Desde el principio se formó una red de contactos del más alto nivel, integrada por quienes asistían a las reuniones. El propósito declarado del foro fue “hacer un nudo alrededor de una línea política común entre Estados Unidos y Europa, en oposición a Rusia y al comunismo.”
Asisten grandes empresarios, banqueros, políticos, miembros de la realeza, dueños de grandes medios, académicos, líderes gubernamentales y políticos.
Las reuniones son secretas y sin acceso para la prensa. Tanto la agenda como los debates y las conclusiones se mantienen teóricamente entre los participantes, pero algún grado de información se filtra hacia los medios de comunicación. Por ejemplo, se sabe que la cita del 2009 trató de la crisis financiera internacional.
A la reunión del 2010 asistieron, por España, la reina Sofía y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Asimismo, Bill Gates, fundador y presidente de Microsoft, entre muchos otros.
La reunión del Grupo en el 2012 tuvo lugar en Chantilly, Virginia, Estados Unidos.
Entre los asistentes de las últimas reuniones destacan Henry Kissinger, exsecretario de Estado; Javier Solana, exsecretario general del Consejo de la Unión Europea; Peter Sutherland, presidente de Goldman Sachs International, y altos ejecutivos de la revista The Economist.
La más reciente cita se realizó del 8 al 9 de junio del 2013 en el lujoso Hotel Grove, en las afueras de Londres, y entre los invitados estuvieron Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional; altos ejecutivos de HSBC, Siemens y Alcoa; Robert Zoellick, expresidente del Banco Mundial; Robert Kaplan, analista geopolítico; profesores de Harvard, Stanford y Princeton, y José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, para mencionar unos pocos.
La cita contó con la protección del Gobierno británico que, para ello, utilizó las leyes antiterroristas y estableció una zona de exclusión aérea alrededor del Hotel para garantizar la seguridad de los participantes.
Generalmente, las izquierdas acusan al Grupo Bilderberg de conspirar para imponer un dominio global capitalista al servicio de las élites económicas y políticas de los Estados Unidos y de los países integrantes de la OTAN, mientras que analistas de la derecha denuncian al club por ser una amenaza a la libertad individual y pretender la conformación de un gobierno mundial y una economía planificada. No faltan otras teorías más sofisticadas, y algunos afirman que Bilderberg está conformado por masones que gobiernan el mundo en la sombra.
Lo que sí parece cierto es que el club es de tendencia globalizadora, gestor y promotor de agendas de transformación mundial, en la que asignan un papel protagónico a las organizaciones internacionales como la OTAN, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las Naciones Unidas. También parecen tener lazos estrechos de cooperación con la Comisión Trilateral ( Estados Unidos, Europa y Asia) y con el Consejo de Relaciones Exteriores, un tanque de pensamiento estadounidense dedicado a los temas de política exterior.
Después de revisar las listas de invitados, suponemos también que en el club son defensores de la libertad, la democracia, la empresa privada y la economía de mercado frente a los desafíos que han representado históricamente el comunismo, los totalitarismos y el terrorismo. Mientras tanto, al Grupo Bilderberg, como a todas las sociedades secretas, le seguirá persiguiendo la sospecha y la controversia. Y los analistas nos seguiremos muriendo de la curiosidad por saber qué pasa adentro.