En los últimos años el comportamiento de los consumidores en Costa Rica, y principalmente el de los más jóvenes, ha sufrido cambios importantes. Basta conversar con algunas de estas personas para darse cuenta de sus malos hábitos de compra, ya que, a pesar de no tener altos niveles de educación ni trabajos bien remunerados, su nivel de consumo pareciera ser incongruente con el de sus ingresos.
Lograr eso solo es posible adquiriendo deuda, para lo cual uno de los instrumentos más recientemente utilizados son las tarjetas de crédito, cuya colocación en los últimos cuatro años, según el Ministerio de Economía, Industria y Comercio, ha crecido en casi un 70%.
Bienes costosos. En nuestro país se ha vuelto común ver a muchas personas utilizando prendas de vestir muy caras, visitando frecuentemente lugares de recreación como cines, teatros, restaurantes y bares, o comprando costosos teléfonos celulares y, lo más paradójico, vehículos que otras con mayor poder adquisitivo no se atreverían a adquirir.
Esta situación debiera alarmar a nuestras autoridades, pues demuestra el grado de ignorancia e irresponsabilidad de los consumidores, los cuales en muchos casos prefieren consumir bienes catalogados de lujo que adquirir otros mucho más importantes, como un terreno, una vivienda, invertir en capacitarse pensando en lograr incrementar su ingreso o, simplemente, ahorrar pensando en el consumo futuro.
Lo anterior refleja que, al parecer, el costarricense relaciona desarrollo económico con nivel de consumo, razón por la que vemos cómo algunos hacen casi cualquier cosa con tal de adquirir una mayor canasta de bienes y servicios.
Sin embargo, el concepto de “desarrollo” es algo mucho más integral, y tiene que ver directamente con la calidad de vida de la población. Por ello, para definirlo, además del consumo, es necesaria la integración de una gran cantidad de variables como educación, salud, empleo, calidad del medio ambiente, ingresos y seguridad ciudadana, entre otros, los cuales influyen directamente en el bienestar y comportamiento de los seres humanos.
Fenómeno preocupante. Un fenómeno preocupante que vive actualmente nuestra sociedad es que el éxito de las personas es medido cada vez más por las cosas que estas posean, por lo que muchas de ellas forman su mundo alrededor de sus bienes materiales. Esto ha provocado un cambio peligroso en el comportamiento familiar, pues muchos padres, al parecer, están dispuestos a hacer grandes sacrificios, con tal de darles a sus hijos la mayor cantidad de objetos materiales, pensando equivocadamente que es lo mejor para ellos.
De realizarse un análisis a nuestros niños y jóvenes sobre aspectos como su desenvolvimiento y nivel de seguridad y adaptabilidad, así como de tolerancia y valores, se mostrarían cuáles han sido los resultados de vivir en una sociedad extremadamente consumista y superficial, pero poco educada y pobre, donde 4 de cada 10 niños que ingresan a la escuela no concluyen el colegio, y cerca del 19% de la población vive en condiciones de pobreza.
El objetivo aquí no es cuestionar si, con la obtención de más bienes y servicios, los costarricenses tendrán, o no, un mayor nivel de satisfacción; el asunto que se debe debatir es si realmente estos consumidores tienen la capacidad econó- mica para adquirirlos, o si tienen la real necesidad de utilizarlos.
Por lo anterior, debemos preguntarnos si será lo mejor continuar inmersos en este sistema, mediante el cual les enseñamos a nuestros futuros ciudadanos que el éxito y la felicidad se consiguen solamente por medio de la adquisición de cosas, sin importar lo que se tenga que hacer para lograrlo; o, por el contrario, optamos por convertimos en una sociedad más consciente, ahorrativa y con consumidores más educados e inteligentes.