El 29 de noviembre fue publicado un artículo del señor Paul Woodbridge titulado “Mora y Bonnefil”, que cuestiona la presencia del retrato de doña Feliciana Quirós de Bonnefil en una exhibición del Museo Nacional. El texto aludido incluía abundante información sobre el esposo de doña Feliciana, don Juan Jacobo Bonnefil, y su relación con el expresidente Juan Rafael Mora Porras.
Asimismo, el autor afirmaba que tanto el retrato de don Juan Jacobo como el de sus dos hijos, se están deteriorando en las bodegas del Museo Nacional, aseveración infundada que aclaramos en esta respuesta. Es pertinente recordar que los museos tienen independencia conceptual y creativa para organizar y presentar las exhibiciones basadas en sus propias colecciones. Asimismo, los bienes culturales de cualquier índole pueden ser objeto de diversas interpretaciones, de las cuales el curador responsable de la exposición destacará ciertos elementos. Así, una exhibición, a diferencia de un libro o un ensayo, independientemente de la temática, ofrece información sintética, limitada por la cantidad e interacción de los objetos exhibidos, el área prevista para la muestra, la museografía y la propuesta de diseño gráfico, entre otras variables.
Cambio cultural. En el caso particular de la exhibición “Puertas Adentro”, esta se centra en los patrones de consumo y el cambio cultural de una época, cual es la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Se eligió un enfoque cultural centrado en este período porque se estimó que este sería la mejor perspectiva de interacción entre algunas de las colecciones históricas del Museo, con la importante obra de rescate patrimonial que se concluyó este año 2009: la restauración y apertura de las Casas de los Comandantes del antiguo Cuartel Bellavista, edificaciones cuya construcción datan del mismo momento histórico.
En ese contexto, el retrato de doña Feliciana Bonnefil cobra otro sentido: se expone como un ejemplo de la secularización del arte en la época y del gusto de las clases acomodadas por géneros como el retrato. ¿Demerita esta lectura el personaje retratado? En el Museo Nacional consideramos que no. La pintura tiene la identificación adecuada y convive con otros objetos pertenecientes a una época que también merece ser conocida con cierta profundidad por la sociedad costarricense actual.
El señor Woodbridge ofrece valiosa información sobre la relación del marido de doña Feliciana con los restos de Mora y Cañas, que el Museo utilizará para enriquecer el registro de los retratos familiares de su propiedad.
Por último, nos interesa aclarar que las condiciones de conservación de las colecciones del Museo Nacional cambiaron radicalmente desde hace muchos años. El Museo construyó una nueva sede en Pavas donde funcionan algunos de sus departamentos y se localizan los acopios. Las bodegas reúnen excelentes condiciones de conservación, situación reconocida por especialistas internacionales.
Allí, don Paul podrá verificar el estado de conservación de los retratos de la familia Bonnefil y ser testigo del por qué el Museo Nacional recibió el reconocimiento de expertas en conservación del Museo du Quai Branly de Francia y de autoridades del Museo Point-à-Callière de Canad á.