Machismo y feminismo no son contrarios. El machismo es el conjunto de conductas, mensajes y acciones que colocan a los hombres en una situación de supremacía frente a las mujeres. El feminismo es un movimiento que busca la igualdad de la mujer y el hombre.
El feminismo se ha vuelto una mala palabra. Una que debe usarse con cuidado. Una palabra que incomoda y, a veces, hay que incomodar para generar cambios.
Soy directora de ALAS, organización que se enfoca en el empoderamiento de mujeres. He escuchado historias que han impactado mi vida; mi manera de ver el mundo. Junto con estas historias, me han presentado datos que sustentan cada una de ellas. Les comparto los cinco datos que me hacen creer en la importancia del feminismo.
El primero es alarmante: cada cinco minutos una mujer pide auxilio al 911 por violencia doméstica. La violencia no debe normalizarse ni justificarse. Según información del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más de un millón de mujeres en el país han experimentado violencia física, psicológica, patrimonial o sexual.
El segundo es la pensión alimentaria promedio mensual: ¢90.000. Aun así, habrá quien se escandalice por la noticia de que un hombre no puede pagar una pensión millonaria. Dentro de la pensión alimentaria están comprendidas necesidades como comida, habitación, vestido, educación, atención médica, diversión, transporte. ¿Con ¢3.000, en promedio, al día podrán cubrir esas obligaciones?
El tercero es sobre educación. En las carreras de Computación e ingenierías Mecánica, Electrónica y Eléctrica, la participación femenina llega si acaso al 18 %. Las materias llamadas STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son las del futuro, las que tienen mayor oferta de empleos y mejores salarios, y las mujeres no las estamos eligiendo.
El cuarto es que las costarricenses ganan un 17 % menos que los hombres en los mismos puestos de trabajo. Esta brecha es discriminación.
El quinto son las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las cuales indican que, de mantenerse las tendencias actuales, serán necesarios 108 años para cerrar la brecha de género mundial y 202 para lograr la paridad económica.
Es posible que hombres y mujeres alcancemos la equidad. Que los hombres aprendan a manejar su enojo y sean respetuosos con las mujeres, que las mujeres aprendamos a salir de una relación violenta, que compartamos las tareas del hogar, que se asuman paternidades y maternidades responsables, que haya más mujeres ingenieras, más mujeres científicas, más mujeres que crean que sus sueños no tienen límites, que hombres y mujeres ganemos lo mismo por hacer el mismo trabajo y que esos datos de la ONU se reduzcan.
Si usted cree que el mundo puede ser mejor, si cree en un sentido de justicia y que todos merecemos los mismos derechos, entonces, usted también cree en el feminismo.
La autora es periodista y administradora de negocios, directora ejecutiva de ALAS.