Las necesidades actuales deben llevarnos a replantear la estrategia para adaptar la oferta a quienes desean tener una casa propia.
Los intermediarios financieros —bancos, cooperativas, mutuales,etc.— deben considerar cuánto endeudamiento pueden soportar las familias. Esto supone aumentar la capacidad de crédito para la compra de vivienda terminada, por encima del 50 % del ingreso disponible.
Panamá y Guatemala aprobaron una ley de leasing habitacional: alquiler con opción de compra. Quienes carezcan de posiblidades para adquirir casa optarían por alquilarla mientras acumulan el ahorro necesario para pagarla. Así, diferentes empresas promoverían el alquiler. En Chile, el Ministerio de la Vivienda otorga un bono para la renta.
Es necesario señalar que a mediano plazo nuestro mercado habitacional tendrá problemas de desarrollo debido al lento crecimiento de nuestra población y a lo débil de la oferta laboral.
La emancipación económica de los jóvenes, que los lleve a buscar una nueva vivienda, será difícil y, por ende, se torna más que urgente aprobar estímulos para atraer migrantes con un perfil económico medio, que demanden más viviendas, lo cual sería factible a través de un programa internacional para captar trabajadores hacia las zonas francas.
El autor es economista.