Van terminando la páginas del calendario de este año. Nuevas asoman. ¿Somos tiempo? En cierta forma sí. ¿Cuánto tenemos? No lo sabemos. Comprender el tiempo no es fácil. Hay que aprovecharlo porque se termina. Para el psiquiatra Enrique Rojas hay distintos tipos de tiempo.
Todos tenemos 24 horas. Objetivo y fáctico, el reloj marca los días, las semanas y los meses. Los hechos se ordenan en esta navegación. El cronos griego. Todo empieza, dura y acaba. Es oficial, nadie puede modificarlo en ninguna parte del mundo.
Está el tiempo psicológico. Emocional y subjetivo, es interior y afectivo. La navegación de los acontecimientos dentro de cada uno de nosotros. El kairós griego. El reloj interior. A veces parece que se detiene cuando algo es tedioso y otras veces que corre deprisa cuando algo es atrayente.
Para dos personas que se aman, el tiempo vuela. Tres horas son un momento. Es la vivencia interna del tiempo en nosotros. Circula distinto en una persona depresiva que en una eufórica.
El tiempo histórico es la temporalidad, el pasado, el presente y el futuro. Rojas afirma que la persona madura ha superado las heridas y traumas del pasado, y dejado de lado el rencor y el resentimiento.
Hubo reconciliación con los impactos negativos de ese pasado. El presente se saborea y vive abierto al mañana, con objetivos e ilusiones concretas por cumplir.
Tiempo biológico son los ritmos inscritos en nuestra naturaleza humana. El estar despiertos durante el día y dormidos en la noche. Por otro lado, el ritmo estacional de primavera, verano, otoño e invierno es en nuestras latitudes la estación seca y la lluviosa. Asimismo los ritmos de nuestros estados de ánimo.
Rojas añade la vivencia en las edades. En los niños la dependencia de los padres y el descubrimiento de la realidad. En la pubertad afloran los sentimientos y la sexualidad. En la adolescencia se fraguan la personalidad y la amistad.
Una etapa de rebeldía, de grandes sueños e ilusiones. En la juventud se diseña el proyecto de vida con sus grandes argumentos. «En la madurez se recogen los frutos de lo sembrado y se saborea la vida con todos sus matices e ingredientes. En la vejez se hace balance existencial, arqueo de caja y cada segmento de nuestra travesía rinde cuenta de su viaje», explica Rojas.
El tiempo filosófico está relacionado con el pensamiento y se refiere a dos linajes: el tiempo primordial y el trivial, inspirados en Heidegger. El primero, dirigido a los grandes asuntos del proyecto de vida, como familia, amor, trabajo, amigos, cultura, aficiones. Todos conducen a un desarrollo auténtico del ser humano. El segundo se refiere al día de cada uno, las rutinas.
Algo muy interesante es que cada sexo vive el tiempo de modo distinto. Para Rojas, la sabiduría del tiempo consiste en saber vivir cada período de la vida con intensidad e ideas claras.
Estas reflexiones son de gran riqueza y contribuyen a navegar en el tiempo con ilusión y esperanza. Ha sido un año difícil y distinto. Muchos de nuestros seres queridos han partido quizás. En cierta forma somos eternidad también. Podemos trascender, dejar huella. Solo el amor no tiene tiempo.
La autora es administradora de negocios.