Participar activamente en el comercio internacional, tanto por medio de la exportación como de la importación, es una de las políticas más acertadas de los últimos tiempos.
A pesar de los muchos beneficios, la apertura comercial y la búsqueda de más mercados mediante la suscripción de tratados, excepto el firmado con Corea del Sur recientemente, no se ha continuado, lo cual es una oportunidad perdida.
El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un estudio del 2017, titulado Posibles resultados del ingreso de Costa Rica a la Alianza del Pacífico: simulación de la desgravación arancelaria, ratificó el anterior y halló otros resultados positivos para determinados sectores.
La incorporación a la Alianza del Pacífico (AP) está paralizada. Quienes se oponen a que nos integremos a tan dinámico bloque argumentan que el país resultaría afectado y algunos sectores sufrirían debido a la competencia externa. Esta parece ser la posición oficial actual, como lo fue en la administración anterior. Están equivocados, como lo demuestran estudios serios y no posiciones ideológicas.
Un estudio del 2015 elaborado por el economista Roberto Abusada Salah y otros expertos, titulado Dimensiones y efectos económicos de la Alianza del Pacífico, calculó que al incorporarse Costa Rica experimentaría un incremento del 0,5 % del PIB.
El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un estudio del 2017, titulado Posibles resultados del ingreso de Costa Rica a la Alianza del Pacífico: simulación de la desgravación arancelaria, ratificó el anterior y halló otros resultados positivos para determinados sectores.
Aumento del PIB. Mediante el uso de un modelo analítico desarrollado por el Departamento de Economía Agrícola de la Universidad de Purdue, que toma en cuenta la existencia de cierto nivel de desempleo, competencia imperfecta y concentración de mercados, el Comex y la Cepal dedujeron un impacto positivo de la integración de Costa Rica, por la desgravación arancelaria en ambos sentidos, del 0,3 % del PIB.
De los 20 sectores en que se agrupó la producción nacional, 13 registrarían un incremento en la producción, entre estos, lácteos (2,6 %), carne de res y demás carnes (0,6 %), industria alimentaria, servicios y otras manufacturas (0,3 %), azúcar (0,2 %) y bebidas, tabaco, productos de papel o plástico, caucho y químicos, manufacturas de metales, pesca, electrónica, maquinaria y equipo, plantas, flores y otros cultivos (0,1 %).
Solo cuatro mostraron posibles contracciones: silvicultura y madera (-2,2 %), resto de la agricultura (-0,3 %), carne de cerdo, de aves grasas y embutidos (-0,3 %) y aceites y grasas vegetales (-0,1 %). Textiles, confección, calzado, vegetales, frutas, nueces y arroz no reportan ningún cambio en la producción.
Puestos de trabajo. En materia de empleo, los resultados también son optimistas, pues se esperaría un incremento del 0,4 % con respecto al escenario base. Hay 15 sectores para los cuales se prevén tales incrementos: lácteos (+1,2 %); carne de res y demás carnes (+0,8 %); industria alimentaria, servicios, bebidas y tabaco (+0,5 %), otras manufacturas, productos de papel, productos de plástico, caucho y químicos, electrónica, maquinaria y equipo, manufactura de metales, azúcar, aceites y grasas vegetales, pesca, arroz, plantas, flores y otros cultivos (+0,1 %). Para los sectores de textiles, confección y calzado; y vegetales, frutas y nueces no se vislumbra ningún cambio en el empleo, mientras que los únicos tres sectores en los que podría haber una reducción son los de silvicultura y madera (-2,3 %), carne de cerdo, aves, grasas y embutidos (-0,8 %) y resto de la agricultura (-0,3 %).
Otro resultado destacable del estudio es el efecto positivo —incluso mayor que en el resto de los países miembros— que tendría la incorporación a la Alianza del Pacífico en nuestro bienestar general, medido como la suma de cinco fuentes de cambio: variación en la eficiencia productiva gracias a una mejor asignación de recursos, variación en los términos de intercambio, variación en el uso de los factores, variación en los niveles de ahorro e inversión y cambio tecnológico.
Debemos dejar de buscar soluciones fáciles o tratar de reinventar la rueda para promover la reactivación económica. Es hora de reanudar nuestra integración a la economía mundial.
El autor es economista.