El término «ecología de la enfermedad», se refiere al estudio de la relación existente entre la biodiversidad y la aparición de enfermedades infecciosas en humanos, el cual adquiere gran relevancia ante la actual pandemia originada por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
En este caso específico, la especie huésped aún no se ha identificado, aunque los primeros análisis apuntan al murciélago Rhinolophus y al pangolín, en calidad de animal intermedio, como origen probable de la cadena de contagio.
No obstante, este veredicto es incorrecto, ya que los verdaderos culpables somos los seres humanos, por el daño permanente a la biodiversidad.
En la Edad Media (1.348 d. C.) la persecución realizada por la Santa Inquisición a las brujas, para quemarlas en la hoguera, trajo consigo la eliminación de gatos; esto generó la afloración de ratas, que es el huésped de la bacteria Yersinia pestis transmisora de la peste bubónica o negra, a través de la picadura de pulgas de ratas a los humanos.
Es importante anotar que los virus ocupan, desde hace millones de años, un eslabón esencial en los procesos ecológicos. Si bien actualmente solo se conoce un 1% de los virus que habitan en animales silvestres, se estima que existen otros 1,7 millones desconocidos capaces de contagiar a los humanos, sobre todo porque tres cuartas partes de la superficie terrestre ha sido transformada, significativamente, por el ser humano.
Algunos ejemplos. En 1999, en Malasia, un brote de la enfermedad de Nipah, con una letalidad de 40%, causó estragos en la población local. El origen del virus estaba en el murciélago frugívoro Pteropus vampyrus, que probablemente contagió, en primera instancia, a cerdos criados como ganado y de ahí al ser humano.
El incremento de las temperaturas medias, debido al cambio climático, fue vinculado con la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, transmitida por garrapatas.
La fuerte deforestación en el Amazonas y otros lugares como Mozambique, ha aumentado la proliferación de mosquitos y, la humedad y la exposición a la luz solar ha favorecido la expansión de la malaria, dengue, zika y otras.
El virus del Nilo Occidental se extendió debido a la agricultura intensiva en Estados Unidos, donde vive su huésped: el mirlo americano, una especie de ave.
Los coronavirus causantes del SARS (2002) y el MERS (2012) están vinculados con los murciélagos y los camellos, respectivamente.
En la India, se ha relacionado el aumento de casos de rabia con la desaparición de los buitres, debido al consumo de carne contaminada con diclofenaco, un antiinflamatorio utilizado en el ganado local.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante de la pandemia del SIDA, es asociado a la venta de carne de chimpancé.
En resumen, el 60% de las enfermedades infecciosas humanas son de origen zoonótico. Debido a esto, es fundamental un cambio en el rumbo del manejo humano de la naturaleza; de nuestra parte, como parte del «Programa Bandera Azul Ecológica», estamos desarrollando otra categoría para motivar la protección de la biodiversidad.
El autor es salubrista público.