Patricia Debeljuh y Mireia Las Heras, en su libro Mujer y liderazgo, se refieren a la necesaria participación y presencia de las mujeres en ámbitos decisorios políticos porque origina la formación de mejores gobiernos, por cuanto las mujeres son más honestas y mejores a la hora de tomar decisiones.
La corrupción en países con mayor representación de mujeres en el gobierno y en el mercado es menor, de acuerdo con estudios de Anand Swamy, Stephen Knack, Young Lee y Omar Azfar.
Las mujeres en poderes legislativos integran una mirada distinta a la preparación y formulación de las leyes. «Ellas son más sensibles y eficientes al formular, defender, votar por y conseguir que los proyectos se conviertan en ley, en temas relacionados, por ejemplo, con familia y niños», sostiene la politóloga Leslie Schwindt-Bayer.
Puertas de entrada a la política son la educación, la calificación profesional, el desempeño de cargos en la administración pública municipal, el trabajo comunitario y la organización social.
Otra vía, según Women Political Leaders Probe Achievements, es el fortalecimiento de las redes de apoyo entre las mismas mujeres para desarrollar las habilidades de liderazgo y afianzar, mediante el intercambio de experiencias, los modos de enfrentar las diversas situaciones.
Debeljuh y Las Heras señalan que una manera para fomentar el liderazgo político femenino es potenciando la asociación y las alianzas entre diversos actores: Estado, ONG, movimientos, partidos políticos, asociaciones, medios de comunicación y sociedad civil en general, puesto que es a través de estas estrategias que las mujeres han ido colocando en el debate público sus propuestas, sus necesidades y sus voces.
«Una sociedad donde el liderazgo político femenino, su presencia y participación en la esfera de lo público-político no es potenciado es una sociedad que está perdiendo por lo menos un 50 %+1 de sus posibilidades de convertirse en una sociedad más justa y en esa medida más libre. Y de mayor justicia y libertad están necesitadas todas nuestras naciones», afirman las autoras.
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Agentes de cambio. Martha Lucía Vásquez Zavasky, exconsejera presidencial para la Equidad de la Mujer en Colombia, explica que las mujeres se convierten en agentes de cambio y transformaciones sociales, políticas y culturales en la sociedad. Contribuyen a tomar grandes decisiones a escala nacional, departamental y local. Formulan políticas como agentes autónomos, críticos y reflexivos. Son más solidarias. Esto se refleja en los problemas sociales.
Las mujeres construyen alianzas público-privadas. Su empoderamiento cierra las brechas sociales. Forjan una cultura para la convivencia basada en los derechos humanos e igualdad de oportunidades. Benefician acciones para erradicar la violencia. Promueven la autonomía económica, el acceso a la educación y capacitación. Promueven también el acceso a créditos, la creación y fortalecimiento de microempresas, la conformación y el fortalecimiento de consejos comunitarios de mujeres.
Montserrat Nebrera González, filósofa, filóloga, abogada y exdiputada catalana, se refiere al aporte de la mujer en el ámbito político como una forma especial de sentido común: «La maternidad, si se me permite decirlo, añade un plus de sentido de la responsabilidad individual y colectiva... Una mujer desde su hogar aprende la administración del tiempo, la priorización, la gestión eficiente de los recursos, el sentido del sacrificio, el valor de la cooperación y la solidaridad para el crecimiento personal. La paciencia para ver el fruto de esfuerzos de hoy en resultados de mañana o de pasado mañana».
Según Debeljuh y Las Heras, la incorporación masiva de mujeres al mundo laboral es el fenómeno sociodemográfico más sobresaliente de la segunda mitad del siglo pasado y fue precedido de una larga historia en la cual han sido muchas barreras y dificultades las que se les han presentado para llegar a estar presentes en la configuración de la vida familiar, laboral y social.
Necesitamos mujeres en la familia, en la empresa y en la política. Su aporte es necesario. Debemos seguir fortaleciendo, junto con los hombres, la igualdad, la complementariedad y la corresponsabilidad.
La autora es administradora de negocios.