La pandemia generó una flexibilidad de trabajo remoto sin precedentes. Es posible desempeñarse desde cualquier parte. Varios billonarios y gigantes en el mundo empresarial se mudaron a lugares que no eran grandes centros de negocios antes de la emergencia sanitaria.
Elon Musk se fue a vivir a Austin, Texas, y Larry Ellison, cofundador de Oracle, a Hawái, y trasladó a Austin la casa matriz de la compañía.
Austin (aparte de ser una ciudad preciosa) es ahora más relevante y generará más trabajos, ingresos, cadenas productivas e innovación.
Muchos países compiten activamente por atraer migrantes. Un ejemplo es Australia, que busca identificar y contratar cada año hasta 15.000 personas altamente calificadas en industrias de rápido crecimiento para facilitar la transferencia de habilidades y fortalecer la economía local.
Los oficiales de talento global del Departamento del Interior tienen la tarea de reclutar migrantes de alto valor (con nombre y apellido) en puntos clave en el extranjero.
Visas. Portugal inauguró este mes la primera aldea nómada digital, en la isla de Madeira. Los extranjeros elegibles ingresan en calidad de turistas y luego solicitan la golden visa y el permiso de residencia.
Hace pocos días, Emiratos Árabes Unidos anunció la posibilidad de otorgar la nacionalidad a talentos creativos, médicos especialistas, inventores, inversionistas y científicos. Los extranjeros que la obtengan disfrutarán, entre otros beneficios, de préstamos bancarios preferenciales y acceso a programas sociales. Este programa es insólito en Oriente Próximo.
En Colombia, la ley de emprendimiento recién aprobada ordena al Ministerio de Relaciones Exteriores crear una visa especial de residencia para nómadas digitales y emprendedores remotos. Los detalles aún no se conocen, pues el plan se encuentra en las primeras etapas de desarrollo; sin embargo, estará diseñada para promover a Colombia como centro de trabajo remoto.
En los últimos seis meses, once países crearon visas especiales para nómadas o trabajo remoto: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Bermudas, Croacia, Estonia, Georgia, Islandia, islas Caimán, Mauricio y Emiratos Árabes Unidos.
Entre las características comunes se encuentran: los beneficiarios no necesitan un empleador local ni trabajar para un proyecto en el país destino, requieren flexibilidad en cuanto a tiempo de permanencia en el país sin perder su estatus migratorio porque posiblemente viajarán con frecuencia, trabajan con clientes o en proyectos no necesariamente ligados al país de residencia, no desplazan mano de obra local y les es imprescindible una plataforma digital para realizar todos sus trámites, pues desempeñan sus funciones de manera virtual.
Ventajas nacionales. Costa Rica tiene grandes ventajas para atraer extranjeros talentosos y de ingresos medio-altos y altos, tales como nuestra cultura democrática, el sistema de salud y, por supuesto, la belleza natural. El prestigioso directorio International Living nos sitúa como el mejor destino en el mundo para retirarse en el 2021.
Lo anterior fue difundido por medios como CNN, Yahoo Finance, Forbes, New York Times, entre otros. Nuestra marca país está fuertemente posicionada.
Para atraer no solo turistas, sino también más residentes, ya sean nómadas digitales, inversionistas o rentistas, tenemos varias tareas por delante. Una, es mejorar la conectividad. Los megabits de bajada con los que contamos no son nada de que alardear.
Tampoco contamos con 5G, la quinta generación de la comunicación inalámbrica, lo cual debería ser prioridad. Para agravar las cosas, la iniciativa que pretendía introducir la renta mundial le habría restado muchísimo a nuestro atractivo internacional.
Desde hace mucho tiempo nuestro sistema migratorio es poco amigable para compañías y emprendedores, particularmente en cuanto a requisitos y plazos de resolución. Y, en lo que respecta a los trabajadores extranjeros remotos o nómadas, no contamos con una categoría migratoria específica que contemple esta fuerza laboral.
Un proyecto de ley ya está en el Congreso para crear una categoría migratoria especial con condiciones favorables para atraer trabajadores remotos, crucial para la movilización económica del país, en especial cuando la crisis de covid-19 esté superada.
Como costarricenses, no debemos poner límites a nuestra capacidad de atraer talento y migrantes de alto valor, y tampoco a compañías y organizaciones que generarían un aporte positivo y de peso en nuestra agenda de desarrollo.
La autora es abogada.