Graves carencias en la presentación entregada en Power Point por el MEP bajo el título “Ruta de la Educación 2022-2026″ impiden valorar su factibilidad y sugieren que en el gobierno no existe rumbo claro en materia de política educativa.
1. Comienza diciendo que consideraron los resultados de una consulta a más de 400 personas y sectores, pero no se referencian, por lo que no se sabe cuáles son estos resultados. En general, la presentación no incluye citas de documentos de respaldo. En consecuencia, se desconoce a qué información se refieren como sustento.
2. Entre los sectores citados, se mencionan las universidades públicas, pero la decana de Educación de la UNA afirma que no han participado en el supuesto proceso.
3. Como es un Power Point, no tiene formato de planificación. Por ejemplo, no identifica objetivos generales y específicos, metas e indicadores, ni describe actividades, plazos, recursos y encargados de forma organizada, por lo que no hay especificidad ni claridad acerca de cómo se cumplirán las muchas promesas de esta “ruta”.
4. Los propósitos son muy generales. El primero es “pasar de lo negativo a lo positivo”, sin ninguna otra explicación. Esto lo convierte en una intención irrealizable, pues no hay forma de saber a qué se refiere.
5. En muchos casos, las promesas son demasiado generales para poder valorarlas. Por ejemplo, en la diapositiva 12, punto 3, se lee: “Currículo completo en oferta progresiva en todas las escuelas”. Exactamente, ¿qué significa, cómo va a cumplirse, con qué estrategia específica y con qué recursos? Dada la ausencia de estos detalles, es imposible guiar el paso de la intención a la acción.
6. En general, las medidas propuestas no están asociadas a un diagnóstico detallado, entonces, no hay cuantificadores de las acciones que permitan dimensionar el tamaño e implicaciones de las pretensiones.
7. En la filmina 21, se habla de mejorar las ayudas y que van a “universalizar comedores y dar dos tiempos de comida”, pero la Contraloría acaba de reportar que el gobierno está aplicando la reducción más grande al presupuesto educativo de los últimos nueve años. Programas como becas, transportes y transferencias de recursos a centros educativos están en grave peligro, en perjuicio de miles de estudiantes. ¿Cómo, por tanto, lo van a hacer?
8. Lo anterior es una pregunta válida para todas las promesas, pues sin una cuantificación de los costos es imposible presupuestar.
En resumen, se trata de una presentación dispersa, desarticulada, sin priorización de estrategias y sin evidencia científica que le dé sustento. No es viable para construir una ruta educativa, sino que, así planteada, provoca angustia y preocupación porque con improvisación, carencia de fundamentación y falta de planificación es una quimera pretender sacar el sistema educativo de la crisis.
Como señalo en otro estudio, se corre el riesgo de un incremento de la desigualdad, una merma en el aprendizaje y el impulso de las habilidades, destrezas y valores fundamentales, y desconexión con el desarrollo socioeconómico.
Costa Rica requiere con urgencia una ruta clara en materia educativa, que contribuya a sacarnos del estado de crisis, bajo rendimiento y desigualdad en el que nos encontramos.
La presentación hecha por el MEP carece de los elementos mínimos para guiarnos hacia una salida positiva. Si no se corrige el rumbo con prontitud, la población educativa terminará pagando los platos rotos otra vez.
El autor es académico en el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina) y el Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la Universidad Nacional.