Como es usual en Costa Rica, mucho se habla, discute y afirma sobre toda clase de asuntos, a veces con razón y otras veces sin ella. En síntesis, para no hablar más y para no caer en lo mismo, somos campeones mundiales en aletargar, obstruir y retrasar lo que sea importante por estar parloteando y chismorreando.
Tenemos 30 años de estar construyendo la carretera a San Carlos, otros tantos más tratando de ampliar la ruta 27, la de Circunvalación está en proceso por todos lados y durante varios lustros hemos sabido qué hacer con la ruta 32, pero sin actuar. A la lista se deben agregar los “siglos” de estar debatiendo sobre el hospital de Cartago.
Como bien dijo el director del Colegio de Geólogos de Costa Rica, el sitio donde se construya el nuevo hospital de Cartago nunca estará exento de afectación en el caso de que ocurra un sismo de gran magnitud, especialmente en cualquier parte del valle de El Guarco.
No hay tal cosa en la naturaleza como que se pueda construir a más de 50 metros de una falla activa, pero no a menos, como si las ondas telúricas tuvieran alguna suerte de semáforo.
Ahora, la presidenta de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel, comprensiblemente, porque ni la geología ni la geotecnia ni la neotectónica son sus campos de experiencia, sugiere traer expertos de California para que sean ellos quienes digan sí o no al terreno propuesto para el hospital de Cartago.
Los estudios realizados fueron ejecutados científicamente por expertos costarricenses de talla internacional. Sin citar nombres, esos geólogos podrían ser contratados en California para hacer lo mismo en la falla de San Andrés o la de Bakersfield. Les sobra capacidad.
Mi representada, Geotest S. A., a la que voy a referirme porque fue citada en los medios sobre este asunto, y yo contamos con 43 años de experiencia. En 1980, en conjunto con la firma Woodward & Clyde de San Francisco, California, hicimos los estudios neotectónicos para el proyecto hidroeléctrico Boruca.
Durante varios años, hemos participado, en conjunto con Epigene de Fremont, California, ampliamente conocida en Costa Rica, en estudios de neotectónica en Herradura y El Salvador.
En coordinación con la empresa española Novotec, llevamos a cabo los análisis de supuestos fallamientos en la margen derecha del sitio donde está la presa del proyecto hidroeléctrico El Chaparral, en El Salvador. En Managua, Escazú, Golfito, Cartago, Guatemala y otros lugares menores hemos realizado estudios similares al ejecutado en el lote del hospital de Cartago.
No tiene razón ni sentido ni es, según manifiesta el director del Colegio de Geólogos, aceptable traer “expertos” de California a hacer lo mismo o menos de lo que se puede hacer y han hecho en Costa Rica profesionales altamente calificados en este campo.
Me pregunto si Esquivel propondría traer médicos europeos alegando incompetencia de los nuestros. A todas luces sería una afrenta similar a la que nos produce a los geólogos nacionales.
Insto al gobierno a que no ceda ante la sugerencia carente de sabiduría y con bases más que ignorantes de Esquivel.
El autor es geólogo, consultor privado en hidrogeología y geotecnia desde hace 40 años. Ha publicado artículos en la Revista Geológica de América Central y en la del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH).