En Costa Rica, la diabetes ocupa el lugar número seis como causa de muerte (la tasa más baja de América Latina, según la Organización Panamericana de Salud), mientras que en México es la primera causa desde el 2000. Según nuestra encuesta nacional del 2010, 11 de cada 100 adultos la padecen y, en México, 14 de cada 100. ¿Por qué esta gran diferencia en las estadísticas vitales de estos dos países, si su prevalencia no es muy diferente?
La diabetes es una enfermedad asociada a una considerable cantidad de complicaciones, como ceguera, insuficiencia renal, amputaciones de miembros inferiores e infarto del corazón, con la consecuente pérdida de la calidad de vida del que la padece y de su familia. Ocupa el primer lugar en gastos de atención de la Caja Costarricense de Seguro Social y tiene otros altos costos indirectos por pérdida de productividad, por discapacidad y mortalidad prematura, ya que la posibilidad de una persona diabética de morirse es de dos a cuatro veces más que la de la población en general, especialmente por enfermedades del corazón, como el infarto. En el grupo de 45 a 60 años, la mortalidad de los diabéticos duplica a la de los no diabéticos. ¿Por qué entonces no aparece entre las primeras causas de muerte en Costa Rica?
Causa secundaria. Estudios mundiales informan que la diabetes tiene un subregistro importante en las estadísticas de mortalidad, ya que solo se registra como causa de muerte secundaria; se registra como primera causa la enfermedad cardiovascular o unas de sus complicaciones crónicas, como la insuficiencia renal crónica. Un estudio mundial estimó que en el 2000 habían muerto 7,5 millones de personas con diabetes, de los cuales solo 2,9 millones tenían por causa de muerte esa enfermedad; es decir, solo un tercio de las muertes por diabetes se reflejaron en las estadísticas mundiales. Estas estimaciones han permitido afirmar que la diabetes probablemente sea la quinta causa de muerte más importante en el mundo: una pandemia.
Para explorar el subregistro, en el Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa), de la Universidad de Costa Rica (UCR), se realizó un análisis, durante cuatro años, de las causas de muerte de una población diabética urbana a partir de la comparación de los datos del certificado original médico de defunción con los de la codificación realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Según el INEC, las principales causas de muerte de las personas diabéticas fueron: enfermedades cardiovasculares (24%), cáncer (23%) y complicaciones de diabetes (24%). El diagnóstico del certificado de defunción médico coincidió solo en un 66% con el del INEC, pero en ambas fuentes de datos se demostró que la mortalidad por diabetes estaba subestimada en un 58% si se incluían las enfermedades cardiovasculares como causas asociadas, y si se excluían, el subregistro seguía siendo alto, del orden del 31%. Se pudo concluir que la mortalidad por diabetes está subestimada de dos a tres veces, datos que coinciden con la literatura mundial.
Las causas de este subregistro están dadas, según numerosos estudios, por la calidad del llenado de los certificados médicos de defunción en donde la diabetes es omitida o incluida como una causa secundaria, así como por la recodificación que realizan los institutos de estadísticas vitales, en donde ha predominado la selección del diagnóstico de infarto de miocardio sobre el de la diabetes.
Analizar causas de defunción. ¿Cómo ha logrado México superar el subregistro y asumir esta enfermedad como una prioridad de salud pública? El Instituto Nacional de Estadística mexicano implementó dos cambios: primero, optó por modificar su certificado de defunción con un espacio más para una cuarta causa de defunción, aunado a una intensiva capacitación presencial y virtual de su cuerpo médico para su correcto llenado; segundo, la mortalidad es analizada sobre la base de todas las causas que figuran en el certificado de defunción para asociar la diabetes y las enfermedades cardiovasculares y conocer el perfil de la morbilidad asociada con la diabetes al momento de la muerte.
Ante esta problemática, se hace necesario un análisis multicausal de las causas de defunción para desarrollar mejores estimaciones de la mortalidad atribuible a la diabetes. Para ello se propone que el INEC, las universidades con carreras de Medicina y entidades como el Colegio de Médicos, impulsen programas de educación médica continua con guías de autoaprendizaje para el llenado correcto de un nuevo certificado de defunción, con espacio para cuatro causas de muerte, aunado a una mejor educación tendiente a aumentar el interés sobre esta enfermedad, para ser asumida como una prioridad de acción de la salud pública.
Si se hacen estos cambios, probablemente la diabetes pasará a las primeras cinco causas de muerte de Costa Rica, y cuidado no, al primer lugar.
Adriana Laclé Murray, catedrática del Instituto de Investigaciones en Salud y la Escuela de Medicina, UCR.