La principal causa es el rechazo de los especialistas a que se formen más, por razones puramente económicas. La existencia del déficit crea un incentivo para que los sueldos sean más altos y se puedan dar el lujo de controlar el mercado.
No es cierto que los sueldos en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sean malos. Son competitivos, pero la manera como se establecen no es la más adecuada. Cuando haya suficientes especialistas, deberían tener un sueldo global por una jornada de ocho horas, de acuerdo con los años de estudio y la complejidad de la especialidad.
No debería haber sueldo extra por disponibilidad o guardias, excepto en situaciones excepcionales. No es justo que un cirujano de trasplantes reciba paga por disponibilidad los 365 días, si solo efectúa dos o tres al año. Sí debe ser pagado, incluido todo el equipo, cuando se realiza un procedimiento tan complejo y de tantas horas.
Cuando se escoge una especialidad se sabe la magnitud del trabajo una vez terminado y las instituciones o la sociedad no deberían pagar cada hora del día. Para quienes no desean trabajar de noche o los fines de semana, existen varias especialidades que pueden escoger.
La Caja tiene la capacidad y el deseo de formar más especialistas, pero los mecanismos para hacerlo están en manos de ellos mismos, desde el examen de admisión para la especialidad hasta la enseñanza durante la formación.
Ciertamente, la manera de usar el tiempo de los médicos debe mejorar. Los médicos no están entrenados para asumir funciones administrativas ni estas se pueden lograr con cursos de fin de semana o cursos virtuales, no importa el prestigio de la institución.
En los hospitales debería haber un director médico cuya función sea garantizar la idoneidad y calidad de los servicios. Al mismo tiempo, debe haber un director administrativo que se encargue de tareas propias de su formación y que ahora le quitan tiempo al desempeño de los médicos.
La falta de especialistas es un problema grave. Para solucionarlo, deben prevalecer los más altos valores éticos de todas las partes. Es un problema nacional, en la solución deben participar los especialistas, las entidades que los forman, como la Caja y las universidades, y la meta es solventar el problema a largo plazo pensando en el bienestar de todos.
El autor es especialista en cirugía de tórax y se desempeña como voluntario en el hospital Calderón Guardia.