Una Universidad cumple con su misión de formar personas a través del quehacer en tres dominios: la Docencia, la Investigación y la Extensión. La Extensión cubre las relaciones con el entorno y ayuda a la Investigación a encontrar redes de problemas investigativos. La Docencia, por su parte, nutre los contenidos curriculares con los resultados de la Investigación.
Luego, la misión de formar de la Universidad es el emergente que surge de la interacción de estos tres dominios. La Docencia es el músculo, la Extensión la voz y la Investigación el alma del quehacer universitario. El reto es hacerlos funcionar como un sistema: sin Docencia, la Universidad se convierte en un centro de investigación y consultorías; sin Extensión, se desvincula de la sociedad a la cual se debe; sin Investigación, se convierte en un aparato de titulación.
Desarrollar competencias. Durante su carrera, un estudiante aprueba una serie de cursos enfocados en temáticas específicas. Empero, ya convertido en profesional, esta especificidad desaparece: más que aplicar saberes fragmentados, el reto del graduado es dar una “respuesta competente”, es decir, movilizar una combinación dinámica de conocimientos, habilidades y actitudes para afrontar los desafíos que supone la práctica profesional.
El reto de las universidades consiste en superar la mera transmisión de saberes para avanzar hacia la formación por competencias. Para ello, es esencial estudiar los incidentes críticos (las situaciones complejas, los éxitos y fracasos) que afrontan los graduados.
El formador universitario. Con la excepción de los educadores y de algunas carreras con salida al profesorado, la mayoría de los profesores universitarios no estudió para ser profesor. Esta distinción es crucial pues un profesional competente en (digamos) derecho, informática o nutrición, no es necesariamente un profesor competente de su disciplina.
Según la paradoja de la relevancia , los individuos buscan sólo aquella información que creen necesitar, la que no siempre resulta ser la que realmente necesitan. Así, no es raro que un profesor universitario busque actualizarse en los últimos adelantos de su disciplina profesional, mientras ignora aprendizajes urgentes para mejorar su desempeño como profesor (manejo de grupos, clases bimodales, educación de adultos, etc).
Educar para la incertidumbre. La educación tradicional opera mediante la “pedagogía de la respuesta” (lo deseable es aprender y conocer las respuestas). Sin embargo, en un mundo complejo, lo aconsejable no es una pedagogía de la respuesta, sino una de la pregunta, que permita interrogar en forma permanente a la realidad.
Esto ha dado lugar a metodologías como el aprendizaje basado en problemas y la didáctica de emergentes , así como al fortalecimiento de los esfuerzos inter y transdisciplinares. El interés está en dotar a los profesionales de las habilidades necesarias para aprender por sí mismos (aprender a aprender, para combatir la obsolescencia del conocimiento) y para afrontar situaciones complejas del ejercicio profesional.
El ladrillo y el ratón. Los estudiantes universitarios actuales forman parte de lo que la teoría de las olas generacionales llama “Generación Y”. Son una generación móvil (de celular, blog, Google, Facebook, etc.) y no tienen idea de cómo era el mundo antes de Internet. Claro está, sus profesores pertenecen a generaciones anteriores (son “X” o “baby boomers”) y no siempre los entienden.
Muy a tono con la “generación Y”, las universidades tienen el reto de reinventarse en lo que los británicos llaman “brick and click”, es decir, universidades tanto de ladrillo ( brick ) como virtuales (a las que se accede presionando el botón del mouse ). De ahí los planes de formación multimodales: en parte presenciales y en parte a distancia, mediados por las tecnologías de la información.
Así las cosas, hacer que la Docencia, la Extensión y la Investigación funcionen como un sistema, formar por competencias, desarrollar a los docentes, educar para la incertidumbre y construir universidades “de ladrillo y ratón”, son cinco de los retos más importantes que afrontan las universidades en la actualidad.