La Gran Area Metropolitana (GAM) se volvió una urgencia para Acueductos y Alcantarillados (AyA), debido a que el acueducto requiere mejoras y ampliaciones, pues funciona desde la década de 1970. Para esto, AyA invertirá $300 millones en el proyecto Ampliación del Acueducto Metropolitano V Etapa.
Esta ampliación aportará 2.500 litros por segundo más al sistema que da agua a 720.000 habitantes de manera directa, y de forma indirecta a 1;5 millones de personas. Se estima que el proyecto concluirá en el 2025. La institución ya presentó el estudio de impacto ambiental a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y pronto estarán listos los diseños finales de las obras.
Poca agua. El faltante de agua en las partes altas de la GAM se debe a la disminución de las lluvias en la época seca, en especial cuando nos golpea el fenómeno de El Niño. Esto, junto a la ausencia de infraestructura que responda a las necesidades actuales, dificulta el abastecimiento de agua potable en los sitios más altos, como Alajuelita y Coronado.
Los servicios públicos enfrentan el crecimiento poblacional, la ubicación de urbanizaciones en áreas montañosas y las amenazas climatológicas; ante esta realidad el servicio de agua potable no es la excepción.
AyA estableció un plan de inversión que contempla 112 proyectos en el territorio nacional, por casi $1.000 millones. Esta es una buena noticia, y las obras concluidas en los últimos años en Nicoya, Liberia, San Ramón-Palmares, Atenas, El Cairo de Siquirres, Palmar Norte, Agua Buena de Coto Brus, además de nueve comunidades indígenas en Conte-Burica lo constatan.
La gestión social y política de estos proyectos ha significado una experiencia enriquecedora para AyA. Ahora más que nunca, AyA se ve a sí misma como una entidad que aporta a la gestión del recurso hídrico y al desarrollo de las regiones en todo el país.
Proyectos. En el 2019 tenemos programados anuncios alentadores de proyectos en la zona costera de Guanacaste, Pérez Zeledón y Limón. En los últimos cuatro años hemos avanzado con obras, al mismo tiempo estamos modernizando la institución; ambos objetivos van de la mano.
Igual de relevante es el trabajo con las Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (Asadas). Si bien AyA proporciona agua potable a casi un 50 % de la población, las Asadas lo hacen a un 30 % de los habitantes. Acueductos realizó el primer censo nacional de 1.488 acueductos comunales, cuya información está disponible en un sistema denominado SAGA; de estos, un 80 % cuentan con convenio de delegación con el AyA.
También se ha acompañado la creación de 24 organizaciones de segundo grado y la Confederación Nacional de Federaciones, Ligas y Uniones (Conaflu). En los últimos cuatro años se han inaugurado 30 acueductos en territorios indígenas y comunidades rurales y se ha capacitado a 3.000 representantes de estas asociaciones comunales. Este fortalecimiento se respalda con alianzas institucionales con el Inder, Fodesaf, IMAS y PNUD, lo que marca una ruta a seguir para la sostenibilidad de la gestión comunitaria del agua.
Retos. Cada vez que AyA se enfrenta a periodos de sequía y al malestar de comunidades por un servicio deficiente o inexistente, conocemos nuestra reponsabilidad de asegurar una respuesta inmediata y llevar agua en camiones cisterna a las poblaciones más afectadas. Pero, a la vez, tenemos claridad de que debemos impulsar soluciones permanentes de abastecimiento para mantener los notables índices de salud pública y acompañar el desarrollo de las comunidades.
Estos esfuerzos son insuficientes si el país no da prioridad a la planificación del uso del suelo con perspectiva de cuenca hidrográfica, tal como lo señaló el editorial de La Nación del pasado 22 de enero, donde los gobiernos locales, las instituciones competentes y las organizaciones locales, diseñen planes conjuntos.
La autora es la presidenta ejecutiva de AyA