Debido al interés despertado por el proyecto para declarar a Juan Rafael Mora héroe nacional, resulta conveniente que tanto la ciudadanía como los diputados conozcan más ampliamente el trasfondo histórico de una declaratoria de esa índole. Sin duda alguna, a Mora cabe reconocerle la visión que tuvo para comprender el peligro que para la soberanía de Costa Rica implicaba la presencia de William Walker en Nicaragua. Ante esto, como es conocido, Mora, con la colaboración estratégica del obispo Anselmo Llorente y Lafuente, preparó a la población para la guerra y, durante la primera fase del conflicto (marzo-abril de 1856), se puso, incluso, al frente de las tropas.
Gestión controversial. No obstante, la gestión gubernamental de Mora fue, por decir lo menos, sumamente controversial. Hoy en día, algunos historiadores profesionales y aficionados a la historia señalan que esos hechos controversiales no tienen importancia. De esta manera, procuran desalentar toda iniciativa dirigida a discutirlos o investigarlos. Ahora bien, ¿realmente carecen de relevancia? Considérense los siguientes datos (la lista no es exhaustiva):
1. Mora llegó al poder en noviembre de 1849, como resultado de un golpe de Estado contra José María Castro, fundador de la República, golpe en el que tuvo una participación fundamental su hermano, Miguel Mora.
2. En enero de 1852, Mora disolvió el Congreso –acto que fue calificado de “atentado” por su gran admirador, el historiador Rafael Obregón Loría– y desterró o confinó a varios de sus adversarios políticos (incluido José María Castro).
3. En junio de 1853, el salario anual de Mora fue aumentado de 3.000 a 5.000 pesos anuales. Desde 1852, el monto máximo con que el Poder Ejecutivo podía contribuir a financiar la educación primaria era de 5.000 pesos anuales.
4. A mediados de1856, Mora suspendió los procesos iniciados para investigar a Francisco María Iglesias y a Saturnino Tinoco por un supuesto intento de golpe de Estado y dispuso expulsar del país a varios de sus opositores (incluido José María Castro). Otros opositores fueron confinados en Puntarenas y Moín.
5. Aunque falta profundizar más, investigaciones preliminares indican que Mora se benefició directa o indirectamente de la política de privatización de tierras comunales promovida por su gobierno y de los recursos de la Fábrica Nacional de Licores.
6. Entre 1856 y 1857, el gobierno de Mora firmó unos contratos con el británico William Webster mediante los cuales Costa Rica disponía de territorios pertenecientes a Nicaragua. Estos contratos provocaron un escándalo internacional y llevaron a una declaratoria de guerra por parte de los nicaraguenses. Además, Webster, con conocimiento del gobierno de Mora, negoció con los antiguos aliados de Walker, Charles Morgan y Cornelius K. Garrison.
7. En diciembre de 1858, Mora desterró a perpetuidad a su antiguo y estratégico aliado durante la guerra contra Walker, el obispo Llorente y Lafuente.
8. A finales de la década de 1850, entre salarios y gastos extraordinarios, Mora recibía unos 15.000 pesos anuales. Puesto que en esa época las entradas anuales del Estado costarricense ascendían a cerca de un millón de pesos al año, los ingresos de Mora representaban alrededor del 1,5% de esas entradas.
9. Tras su derrocamiento, en agosto de 1859, Mora procuró recobrar el poder, aun a costa de llevar al país a una guerra civil. Además, al señalar que aplicaría la pena de muerte contra quienes lo derrocaron, contribuyó a polarizar todavía más la lucha política de ese momento.
10. De recobrar el poder, Mora se proponía anular la Constitución de 1859 (aprobada tras su derrocamiento) que estableció, en la práctica, el sufragio universal masculino. Así, de haber recobrado el poder, Mora habría puesto en vigor nuevamente la Constitución de 1848, que establecía requisitos económicos específicos para tener la condición de ciudadano.
Las fuentes en que se basan estos datos son las siguientes: de Rafael Obregón Loría, Hechos militares y políticos (1981) y La guerra contra los filibusteros (1991); de Carlos Meléndez, Dr. José María Montealegre (1968); de Paul Woodbridge, Los contratos Webster-Mora (1967); de Carmen María Fallas, Élite, negocios y política en Costa Rica (2004); y de Hugo Vargas, Procesos electorales y luchas de poder en Costa Rica (1996).
Datos relevantes. Considerar estos datos es de particular relevancia, además por la siguiente razón: en los últimos días, la versión que conceptúa a Mora como un héroe antiglobalizador y antiimperialista ha empezado a ser desafiada por otra, en resalta lo contrario. Así, Carlos Denton, recientemente señaló que Mora fue “empresario y amigo de Estados Unidos” (La República, 15/9/2010); y el mismo Armando Vargas acaba de enfatizar que Mora “se empeñó en desarrollar un capitalismo agrario de libre comercio, inserto en los mercados europeos de la época. Fue, en términos presentes, un aperturista y un globalizador” (www.elpais.cr, 16/9/2010). Al convertir a Mora en un precursor de la globalización actual, Vargas se distancia claramente de la posición de Rodolfo Cerdas, quien recientemente presentó a Mora como opuesto a dicha globalización (La Nación, Ojo crítico, 5/9/2010).
Al acortarse tanto la distancia que separa a Mora del expresidente Óscar Arias, como lo muestran las citas de Denton y de Vargas, cabe preguntarse: ¿quiénes son los que realmente necesitan que Mora sea declarado héroe nacional y para qué necesitan esa declaratoria?