¿Qué es estar bien educado? De acuerdo con el lingüista Noam Chomsky, es desarrollar la capacidad de indagar y crear de forma constructiva e independiente, sin controles externos.
La definición dada por Chomsky sería una de las bases esenciales para formar mejores ciudadanos y sociedades democráticas, más equitativas, saludables y avanzadas en campos como el científico, tecnológico, cultural, deportivo, infraestructural y ambiental, entre otros.
El nivel educativo elevado se relaciona positivamente con el desarrollo humano, social y económico de cada país y con bienestar, salud, ingresos, seguridad y felicidad personales.
Pese al amplio reconocimiento de lo anterior, como lo documenta el Informe del Estado de la Educación 2023, el sistema educativo público costarricense sufre un gravísimo y peligroso retroceso, que no solo amenaza con traer al suelo los logros educativos históricos, sino también con falsear las bases de la relativa estabilidad política e institucional construida con gran esfuerzo y recursos mucho más limitados que los actuales.
Resultado a mediano plazo
Cuanto más falle el sistema educativo en apoyar y facilitar los proyectos de vida, las necesidades, las aspiraciones y los deseos de las personas, mayor será la frustración, el enojo, el resentimiento y la ansiedad, es decir, emociones negativas que son potentes predictoras de conflictos, violencia e inseguridad.
Un 72 % de los adultos de 25 o más años no cuentan siquiera con el título de secundaria y sube a un 80 % en zonas costeras y rurales, donde el acceso a educación de calidad es todavía más escaso, en un contexto donde es la educación terciaria (técnica o universitaria) la que mejor apoya la empleabilidad y estabilidad socioeconómica de cada persona y familia.
Las raíces de la muy baja culminación de la educación secundaria no están ahí. Sabemos, por abundante evidencia científica, que se encuentran en la primera infancia y la educación preescolar y primaria, cuando se sientan las bases de procesos y capacidades fundamentales para el éxito educativo en los grados posteriores, como lo son la cognición, la psicomotricidad, el lenguaje, la función ejecutiva (que se subdivide a su vez en atención flexible, memoria de trabajo y control inhibitorio) y las habilidades socioemocionales y comunicativas.
Con lo anterior, se configura un esencial andamiaje sobre el cual la persona irá construyendo sus nuevos conocimientos, destrezas y actitudes, con lo que hará frente a los retos de su vida.
De esta manera, cuando los estímulos, atenciones, apoyos, recursos, servicios y cuidados no están adecuadamente presentes en los primeros años de vida, se daña el desarrollo del andamiaje y la persona ve significativamente dificultado su progreso educativo y social.
Diagnóstico reciente
De acuerdo con el Informe del Estado de la Educación 2023, un 56 % del personal docente de cuarto grado señala que más de la mitad de sus estudiantes no alcanzan los aprendizajes fundamentales en lectura y escritura esperables para su edad, y un 82 % indicó que sus estudiantes poseen menores conocimientos que generaciones previas.
Las principales deficiencias se encuentran en la capacidad para reconocer temas centrales (un 62 %) y para leer con fluidez (un 61 %). En la escritura, los problemas fundamentales son el mal uso de la puntuación (un 72 %) y la incorrecta estructura del texto (un 71 %).
Lamentablemente, la ausencia de un sistema nacional de pruebas estandarizadas bien diseñadas impide conocer el detalle del estado de los aprendizajes de los estudiantes en primaria y secundaria, pues el gobierno eliminó el anterior modelo y creó uno nuevo sin capacidad para medir aprendizajes específicos.
Investigaciones económicas recientes muestran que el crecimiento a largo plazo del producto interno bruto (PIB) de una nación está ampliamente determinado por las habilidades de su población.
Cerca de tres cuartas partes de la variación en el crecimiento del PIB per cápita de los países pueden explicarse por las mediciones internacionales de habilidades matemáticas y científicas, las cuales, a su vez, dependen de la lectoescritura y las habilidades sociocognitivas que se asientan durante la primera infancia. Dicho de otro modo, la pobreza en el aprendizaje es un predictor de estancamiento y empobrecimiento económico.
Es urgente que las autoridades gubernamentales y educativas presten atención a este informe y actúen en consecuencia, o bien, que reconozcan su propia incompetencia, se hagan a un lado, dejen de hacer daño al sistema educativo y al desarrollo nacional también.
Pablo Chaverri Chaves es académico del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina) y el Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la Universidad Nacional.