El autocuidado de la salud es una de las prioridades que debemos incorporar las personas, especialmente en el marco del envejecimiento.
Esto implica la responsabilidad de trabajar sobre aquellas causas que pueden evitar, retrasar u originar menos impacto de las enfermedades.
La vejez puede ser una etapa de la vida plena, productiva, creativa y afectiva como cualquier otra.
En movimiento. Es recomendable hacer ejercicio al aire libre, con ropa cómoda y en buena compañía, pero evitar hacerlo después de las comidas y en horas de calor. Deben tomarse suficientes líquidos y adaptar la actividad física a su ritmo personal, y evitar la competitividad si se hace ejercicio en grupos.
Antes de iniciar y terminar, deben hacerse ejercicios de estiramiento para evitar lesiones y dolores musculares. Aproveche las tareas de la vida diaria para hacer actividad física: use las escaleras en lugar de ascensores, haga las tareas de la casa.
La actividad física debe ser agradable y placentera; si se produjeran algunas molestias o dolor, debe suspenderse y consultar al médico.
El ejercicio debe adaptarse a la condición física y personal, pero los más útiles son los que aumentan la capacidad respiratoria, la resistencia, la flexibilidad y el equilibrio, como caminar diariamente unos 30 minutos dos veces al día o hacer gimnasia de mantenimiento programada y practicar deportes no competitivos.
Salud mental. El bienestar emocional es un estado en el que la persona goza de buena salud mental, por lo que han de fomentarse actividades culturales que promuevan la participación activa en talleres de lectura, teatro, dramatización y la utilización de tecnología (computadora, Internet, celular).
Una de las principales causas de enfermedad y muerte es el tabaco, su daño es tanto para el fumador activo como para el pasivo.
Las bebidas alcohólicas causan 2,5 millones de muertes al año en el mundo y es una droga psicoactiva que produce dependencia, y causa un consumo cada vez más elevado y un mayor riesgo de enfermedad y muerte.
Recuerde, hay múltiples y muy poderosas razones para no beber alcohol. Si no es bebedor, ¡enhorabuena! Si es bebedor, modérese hasta conseguir abandonar el alcohol. Al hacerlo mejorará su bienestar, aumentarán sus defensas y le protegerá de enfermedades crónicas.
Moderación. Los medicamentos no están exentos de efectos nocivos como las reacciones adversas, las interacciones, errores, la hospitalización por intoxicaciones e incluso están relacionados con la muerte. Las personas mayores, a menudo, están “polimedicadas” (toman entre 4 y 5 y más medicamentos al día).
Los sedantes, tranquilizantes e hipnóticos, sobre todo si se combinan, son muy nocivos por la sedación, causan torpeza motora que aumenta el riesgo de accidentes y caídas.
La absorción, metabolismo y eliminación de los medicamentos en los mayores es menor, por ello son más sensibles a sus efectos nocivos y se deben ajustar las dosis. La recomendación es no automedicarse.
Relaciones y dieta. Es muy importante fortalecer los vínculos sociales: participe en programas que fomenten las relaciones con la familia, los amigos y los vecinos, aprenda nuevas habilidades para prevenir el aislamiento, aproveche las nuevas tecnologías, como Internet, para entretenerse acuda a los servicios sociales, déjese aconsejar y participe.
Desde luego que una aspiración que todos tenemos es adquirir excelentes estilos de vida saludable, como lo es saber mantener una dieta que contenga frutas, legumbres, ensaladas y carnes con poca grasa.
Deben evitarse las comidas copiosas y grasosas, así como el consumo del tabaco, del licor, de sustancias ilícitas y el exceso de medicamentos. Por lo tanto, deben evitarse los excesos en la alimentación y seguir una dieta balanceada.
Debemos adquirir un patrón del sueño estable de 7 a 8 horas de sueño diario. Evite las siestas diurnas y los períodos cortos de “dormitar” para no afectar el correcto patrón del sueño que le permita mantenerse activo en el día.
Además, se debe tener un control médico regular del peso, tensión arterial, azúcar, colesterol, triglicéridos, electrolitos, etc.
Buen ejemplo. Es muy importarte recordar las enseñanzas que nos dan los centenarios de la península de Nicoya: vivir con una dieta modesta que consiste en verduras, legumbres, carnes con poca grasa (cerdo, pollo, res o pescado), tortillas de maíz y abundante agua, evitar el licor, mucha espiritualidad en unión de sus familias, lo que los hace muy unidos y vigilantes de su seguridad integral.
Finalmente, como dice el refrán español: “poca cama, poco plato y mucha suela de zapato”. Encierra mucha sabiduría, ¿no creen?
El autor es director del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.