El fin y principio de año permiten reflexionar acerca de posibles cambios en el estilo de vida, ya sea para mejorar laboralmente, comenzar o concluir estudios, dedicar más tiempo a relaciones afectivas o para atender la salud.
El cambio de un hábito es difícil, mas no imposible. Por ejemplo, diversos estudios indican que realizar ejercicio físico y reducir peso son dos de los propósitos de año nuevo más frecuentes, especialmente porque existe un sentimiento de culpa debido al consumo en exceso de alimentos y bebidas durante las últimas semanas del año y al aumento del tiempo sedentario de las vacaciones.
Se sabe que, lamentablemente, una cantidad considerable de personas se descompensan metabólicamente durante las fiestas de fin de año, y que el peso ganado durante ese período específico no se pierde fácilmente.
Por ejemplo, en Estados Unidos, los niveles de glucosa sanguínea, potencial detonante de diversas enfermedades como la diabetes mellitus, empeoran en alrededor del 86 % de la población.
Desafortunadamente, a pesar de un comienzo prometedor en el año nuevo, el propósito se va difuminando lentamente, y se ha observado que la adherencia a la actividad física se reduce en los primeros meses, es decir, el propósito es efímero para una gran cantidad de personas.
Sin embargo, quienes consiguen cumplir los propósitos de año nuevo poseen una mayor motivación intrínseca y fortaleza mental en comparación con quienes no lo logran.
Estudios recientes señalan que la flexibilidad mental y la perseverancia son beneficiosas para el bienestar mental y la adherencia al ejercicio. Otro estudio reportó que el 55 % de la gente que se había planteado propósitos de año nuevo relacionados con el ejercicio físico y se les dio seguimiento durante un año dijeron haber cumplido.
Este grupo de personas fue capaz de mantener sus metas, pero necesitaron apoyo extra, es decir, ayuda para establecer objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas, relevantes y en un período definido.
También se les enviaron correos electrónicos con información y ejercicios sobre motivación y patrones de pensamiento para alcanzar los propósitos de año nuevo.
En síntesis, es posible que la mayoría de las personas necesiten acompañamiento y supervisión profesional y que la motivación al ver cumplidos sus propósitos sea un estímulo para cambiar hábitos negativos y mejorar su calidad de vida a largo plazo.
Este consejo es válido para las personas adultas y puede ser enseñado y transmitido a poblaciones potencialmente vulnerables que además requieren mayor supervisión y guía profesional.
Así que, si reducir peso y comenzar a realizar más actividad física están entre sus propósitos saludables para el año 2024, recuerde buscar asesoría profesional y no dejarse engañar por dietas milagrosas, pastillas o medicamentos mágicos, ni por gimnasios o centros de acondicionamiento físico sin profesionales calificados.
El autor es catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR).