El terreno del Centro de Conservación Santa Ana se compone de tres ambientes distintos: pastizales, bosques secundarios y bosques ribereños de exquisita riqueza y belleza de la Meseta Central. La mayoría de los habitantes de Santa Ana anhelamos transformarlo en el primer parque natural urbano del país y, por medio de una ley, hacer realidad el deseo de Lorne Ross y su esposa, Agnes May Spencer, quienes transfirieron al Estado las 53 hectáreas de su propiedad para la conservación y el disfrute de las familias.
En contraste, Franz Tattenbach, ministro de Ambiente, pretende imponernos un parque con fuentes de agua, iluminación y sonidos nocturnos; desmembrar el terreno sin estudios técnicos, en contra de lo ya declarado por la Sala Constitucional, que el sitio es “un solo conjunto ecosistémico para la conservación de la naturaleza y el disfrute de los habitantes con el medioambiente”. Por si fuera poco, en setiembre del 2023 el Sinac y la Organización de Estudios Tropicales, a través del Proyecto Transición a una Economía Verde Urbana, concluyeron un estudio técnico en el que recomendaron que esos terrenos fueran administrados como monumento natural o parque natural urbano. Pese a ese criterio, el Minae insiste en cementar unas áreas.
Para honrar la voluntad y legado conservacionista de la familia Ross y en defensa de preservar este sitio como un reservorio de vida, una gran cantidad de santaneños hemos manifestado nuestro apoyo a la ley para la creación del Parque Natural Urbano Lorne Ross, expediente 23645.
La Asociación de Vecinos del Residencial Valle del Sol pidió el 24 de mayo al ministro de Ambiente información sobre las acciones previstas donde se ubicaba el Centro de Conservación Santa Ana. En una respuesta incompleta de Ana Luisa Leiva, del despacho del ministro, recibida el 7 de junio, se omitió responder algunas preguntas, principalmente si apoya el parque con fuentes del Centro de Conservación Santa Ana, parecido al existente en Lima, Perú, y por qué se opone a la creación del parque natural si el Sinac, en un estudio de setiembre del 2023, concluyó que el sitio califica para crear un monumento natural o un parque natural urbano.
Los diputados deben ejercer con determinación el control político para que Tattenbach cumpla con su deber de servidor público y garante de los recursos naturales, y responda a los costarricenses por qué el Minae no ha concluido el estudio del Sinac sobre el área norte del Centro de Conservación Santa Ana, aunque la misma Sala Constitucional ha indicado que el sitio representa un solo ecosistema para la conservación natural; por qué el parque con fuentes de agua impulsado por su Ministerio, según su criterio, sí es acorde con los fines de un parque natural urbano y estaría amparado al Decreto Ejecutivo 42742-MINAE; y si es cierto que con fondos del Global Environment Facility (GEF) se pagó el anteproyecto del llamado parque de agua.
De ser así, quién del Minae, del PNUD o del programa antes mencionado autorizó la utilización de esos fondos para ese anteproyecto.
Por otra parte, debe responder si el anteproyecto califica para ser financiado con recursos del GEF, quién lo determinó, si hay autorización del GEF, cuáles instituciones han intervenido en el anteproyecto y cuáles otros recursos públicos se han gastado, cuál procedimiento se utilizó para otorgar el contrato para la elaboración del anteproyecto del parque de agua, cuál es el nombre de la firma que lo elaboró y a cuánto asciende el contrato.
En Santa Ana hemos dado el ejemplo de lucha ciudadana, con firme convicción en los valores que son pilares de nuestra democracia, entre ellos la transparencia y la institucionalidad.
Evitamos en el pasado la instalación de un basurero metropolitano que nos quiso imponer el gobierno y el Proyecto Gol que se pretendió establecer por decreto. Lograremos preservar nuestro medioambiente porque anhelamos nuestro espacio natural, pulmón verde y urbano.
El autor es politólogo y fue regidor en Santa Ana del 2006 al 2010.
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