Dieciocho países y economías obtuvieron en la prueba PISA resultados superiores al promedio de la OCDE en matemáticas, lectura y ciencias en el 2022. Singapur, Hong Kong, Japón, Corea, Macao y Taipéi encabezaron los resultados en matemáticas.
Los países y ciudades orientales son exigentes. Se suman dos europeos en comprensión lectora: Estonia e Irlanda, que desbancaron a Finlandia. Estonia junto con Canadá y Finlandia sobresalen en ciencias.
Entre el 2018 y el 2022, el rendimiento medio en matemáticas en los países de la OCDE cayó un récord de 15 puntos. La lectura, 10 puntos, el doble de la marca anterior, mientras que el rendimiento en ciencias no varió significativamente.
En promedio, las trayectorias en lectura y ciencias han estado en picada durante una década, aunque las matemáticas se mantuvieron estables entre el 2003 y el 2018.
Colombia, Macao, Perú y Catar mejoraron en las tres materias desde que comenzaron a participar en las pruebas PISA. Israel, la República de Moldavia, Singapur y Turquía incrementaron su rendimiento.
Las variaciones entre un informe y otro solían oscilar entre 4 y 5 puntos. Se observa una merma generalizada de los resultados en conjunto en este último estudio.
El efecto de la covid-19 se relaciona con el descenso, según los autores del reporte. Solo en ciencias no hubo afectación. Irlanda mantuvo cerradas sus escuelas muchos más días que España y sus resultados en comprensión lectora mejoraron notablemente.
Algunos expertos afirman que lo determinante fue la gestión educativa, lo que se hizo o dejó de hacer, no la covid-19. Los analistas de PISA consideran que una diferencia de 20 puntos equivale a un curso escolar.
El proceso educativo es dinámico
Es esencial mantener las escuelas abiertas. Por lo menos la mitad de los estudiantes de las economías participantes en las pruebas PISA experimentaron durante la pandemia cierres de tres meses o más.
Pero obtuvieron puntuaciones más altas los sistemas que evitaron suspensiones escolares más prolongadas. Estos estudiantes disfrutaron de un mayor sentido de pertenencia a la escuela.
La educación debe preparar a los alumnos para el aprendizaje autónomo. Ello viene acompañado de un aprendizaje autodirigido que les genera confianza. El apoyo de los profesores dentro y fuera del aula es clave, revelan puntuaciones más elevadas en matemática.
La equidad educativa también es fundamental. Los alumnos socioeconómicamente favorecidos obtienen 92 puntos más en matemáticas que los menos favorecidos. Los no migrantes sacan 29 puntos a los migrantes. Los estudiantes socioeconómicamente desfavorecidos de la OCDE tienen siete veces más probabilidades de no alcanzar un dominio básico de las matemáticas. Sin embargo el esfuerzo y la resiliencia fortalecen.
En Macao, las notas de los estudiantes más desfavorecidos socioeconómicamente resultaron más altas que el promedio de la OCDE. Un 10 % de los desfavorecidos de toda la OCDE sacaron puntuaciones en el cuarto superior del rendimiento en matemáticas de su propio país.
Es clave el apoyo adicional a los estudiantes con dificultades, en lugar de exigirles que repitan el grado. En promedio, en toda la OCDE, el apoyo de los docentes a los alumnos se deterioró entre el 2012 y el 2022.
En los países de la OCDE, cuanto mayor es la proporción de repetidores de curso en un sistema educativo, más fuerte es la relación entre el perfil socioeconómico y su desempeño en matemáticas.
Los sistemas educativos en los que menos estudiantes han repetido un grado tienden a obtener puntuaciones más altas y lograr la equidad socioeconómica. Otro factor que impacta los resultados académicos es el uso de dispositivos digitales en el aula. Un 30 % de los estudiantes se distraen mientras los utilizan. No obstante, la prohibición no es pedagógica. Debe educarse en el uso moderado teniendo claro su propósito. Los estudiantes son capaces de autorregularse.
Hallazgos
Quizás dentro de las conclusiones más relevantes estén fortalecer las asociaciones entre la escuela y la familia, y mantener a los padres involucrados en el aprendizaje de los estudiantes.
El estudio apunta a que los estudiantes con mayor rendimiento informaron que su familia regularmente come junta la comida principal, pasa tiempo simplemente hablando o les preguntan qué hicieron en la escuela ese día.
También reportan un mayor sentido de pertenencia y satisfacción con la vida. La escuela no es un outsourcing, sino un colaborador. Asimismo hay que establecer escuelas como centros de interacción social. En los sistemas donde la tutoría entre pares se volvió más frecuente del 2018 al 2022, el sentido de pertenencia de los estudiantes a la escuela se fortaleció.
Requerimos una educación integral. Esta no puede ser solo racional. La persona no se reduce a la razón. Se necesita conocimiento intelectual para discernir, tamizar, jerarquizar y resolver.
Los hábitos intelectuales deben acompañarse de virtudes en la voluntad, como la determinación, el esfuerzo, la constancia y la fortaleza. Se requiere excelencia en el actuar para ser coherentes. Prudencia y coherencia deberían caminar juntas.
Quizás por eso no todos los letrados son sabios, como diría el humanista G. Correas. Por ello, la educación, de conformidad con Aristóteles, requiere hábitos y la excelencia académica, virtudes.
Ojalá retornemos a la educación personalizada para recordar a quien nos estamos dirigiendo. La persona debería ser el eje del modelo educativo. Remontaremos a una educación ética, social y objetiva. A una educación integral. Cómo se enseña es importante, pero el quién y el qué son básicos. Educar es poner a la persona frente a su origen y su fin último. Esto no lo dice PISA.
La autora es administradora de negocios.