A grandes males, grandes remedios. Convirtamos a todos los médicos generales que así lo deseen en especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Sería una revolución académica, docente y asistencial en cada una de las siete provincias del país.
Propongo formar a los médicos generales y convertirlos en especialistas que eleven la capacidad resolutiva de los problemas de la atención de la enfermedad (curación) y de los cuidados de la salud (prevención y promoción) a nivel ambulatorio, en las 114 áreas de salud (cantones y grandes distritos). Serán especialistas formados en servicio en cada una de las regiones de salud y seguridad social, en los hospitales regionales y nacionales de la red nacional pública de salud.
La CCSS tiene la capacidad económica y operativa y, además, tiene especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria con la formación médica y el nivel académico requerido para convertirse en los profesores de este gran contingente de médicos generales que hoy laboran en toda la nación.
Sería el más grande movimiento académico-docente por la salud, uno jamás visto, para resolver, con capacidad profesional y técnica, las listas de espera hasta en un 80% en el primer nivel de atención (el nivel ambulatorio).
Este enorme esfuerzo, de tres o cuatro años, permitiría referir al tercer nivel (hospitales nacionales como el San Juan de Dios, México y Calderón Guardia) solo a aquellos pacientes que, por su gravedad o complejidad, deben ser tratados por médicos especialistas, por ejemplo, de neurocirugía, oncología, cardiología invasiva o fisiología cardíaca, vascular periférico de grandes vasos, y otras áreas de gran complejidad médica y quirúrgica.
Lo interesante de la propuesta es que los beneficios de la formación de los médicos generales se podrían ver casi de inmediato. Después de las primeras rotaciones de los médicos con los especialistas del hospital regional correspondiente, la mejoría será inmediata y la calidad de la prestación del servicio mejoraría muy pronto, sobre todo por la motivación y el refrescamiento de los conocimientos.
Estoy proponiendo muy respetuosamente a las autoridades de la CCSS, el Cendeisss y las universidades públicas y privadas que forman médicos especialistas que, por una vez, dejen de lado las actitudes gremialistas, reglamentistas, la comisionitis y la actitud burocrática excesiva, típica de nuestras instituciones y, les den una oportunidad a cientos de médicos que han querido ser especialistas y no lo han logrado por muchas razones. Entre otras causas, están la falta de creación de plazas nuevas por parte de la Gerencia Médica, las limitaciones que imponen las comisiones técnicas de las especialidades y el Cendeisss, y finalmente, la falta de visión de los propios dirigentes de la salud.
La propuesta es clara. Estos médicos generales convertidos en especialistas de Medicina Familiar y Comunitaria fortalecerán el nivel ambulatorio de la red nacional pública de salud (Ebáis y Áreas de Salud). Esos médicos generales ya están laborando en los 1.014 Ebáis. Van a formarse en los hospitales de la región de salud a la que pertenecen, con sus colegas especialistas, a quienes conocen bien y a los que refieren sus pacientes cada día.
Con tal preparación, estarán en capacidad de resolver la mayoría de los problemas de salud localmente. La literatura demuestra que hasta un 80% de esos problemas, con el recurso físico y tecnológico apropiado, podrían ser resueltos en ese nivel, sin desplazamiento de los pacientes ni sus familiares, lo cual eleva los costos, el pago de pasajes y de alimentación. Este costo hace que muchos de ellos decidan no ir a la consulta, lo cual complica su padecimiento de fondo.
Canadá es el ejemplo por seguir. Con gran visión, hace muchos años los canadienses decidieron formar aproximadamente a la mitad de sus médicos como médicos de familia y a la otra mitad como médicos especialistas y subespecialistas de todas las demás especialidades. Me pueden decir que Canadá es un país desarrollado y les digo que sí, sobre todo desarrollado en las ideas y en la justicia social.
España tiene un servicio de atención primaria que, sin duda, es otro ejemplo extraordinario que podemos estudiar.
Se requiere la voluntad política de las autoridades de salud, de los colegios profesionales, de las organizaciones sindicales médicas, de enfermería, microbiología y farmacia. Debe ser un movimiento de todos y todas por la mejora sustantiva de la prestación médica de la CCSS.
Las listas de espera son una vergüenza nacional que no debe continuar. Hagamos un esfuerzo superlativo por ponerlas en control y abatirlas con éxito en los próximos años.
Estamos en un año electoral y creo que eso nos podría ayudar a sensibilizar a los aspirantes a puestos de elección popular, para que apoyen un programa de mejoramiento y superación académico de los médicos generales.
alvarosalas158@gmail.com
Álvaro Salas Chaves es médico especialista en Administración de Servicios de Salud y expresidente ejecutivo de la CCSS.
