Según estudio de Ernst & Young, a finales de esta década la banca tradicional no será la misma, pues se verá obligada a afrontar los nuevos retos impuestos por la tecnología: monederos electrónicos, criptomonedas, pagos móviles, autenticación biométrica, servicios en línea (La Nación, 26/3/2018). Por su parte, la banca avanza en la tarea: “A corto plazo los costarricenses podrán dejar guardadas sus tarjetas de crédito y comenzar a efectuar los pagos de sus compras con relojes, brazaletes y anillos” (La Nación, 20/4/2018).
El transporte público también se ve obligado a enfrentar los mismos retos tecnológicos. ¿Será posible aprovechar las sinergias entre distintas industrias?
Evolución natural. Autoridades y operadores de transporte alrededor del mundo están adoptando nuevas tecnologías para que los pasajeros paguen por los servicios de transporte público. De acuerdo con los pronósticos, en los próximos años los pasajes se pagarán utilizando tecnología bluetooth, autenticación biométrica e implantes de tecnología contactless en el cuerpo humano. Si bien es cierto las tarjetas inteligentes son las más utilizadas para pagar pasajes en otros países (78 %), el uso de celulares ya es una realidad (56 %), aunque los tiquetes de papel (17 %) siguen presentes (Transport Ticketing Global 2018).
En Nueva York, por ejemplo, el gobernador Andrew Cuomo anunció el reemplazo de la tarjeta Metro Card utilizada desde hace 20 años. En esa megaciudad, donde el servicio de metro existe desde 1904 y hoy se efectúan 6 millones de viajes diarios (tres veces más que el total de viajes al día en buses y tren en Costa Rica), sustituyeron una tarjeta exclusiva para pagar en el metro (sistema cerrado) por un nuevo sistema abierto que utilice los medios electrónicos que los pasajeros llevan en sus manos. La idea es simple: los pasajes se puedan pagar de la misma forma que un café o un corte de pelo.
Medios disponibles. Imponer a los pasajeros una tarjeta exclusiva para pagar el transporte público es cosa del pasado. El reto está en ofrecer a los pasajeros opciones para utilizar los medios electrónicos que tienen en sus manos y los que tendrán en el futuro, y para eso Costa Rica posee condiciones muy favorables.
El 75 % de la población podría pagar el transporte público con sus tarjetas de débito o crédito. 58 % de esas tarjetas ya tienen tecnología para pagos sin contacto (contactless), a finales de este año será el 100 %, lo cual permite hacer transacciones en menos de un segundo, como lo requiere el transporte público.
Existen 170 líneas celulares por cada 100 habitantes. Muchos pasajeros podrían utilizar el teléfono móvil para pagar el bus. Los viajeros del tren no tendrían que consumir sus datos porque las paradas y estaciones tendrán Internet gratis con el programa Espacios Públicos Conectados de Fonatel.
Quienes no tienen una tarjeta de débito o crédito, o no deseen utilizar tarjetas bancarias o celulares, podrían adquirir una tarjeta prepagada o tiquetes de transporte en papel (con código QR) como los usados en los parqueos públicos. Miles de puntos de venta de las redes de recarga en todo el país podrían recibir el efectivo y ofrecer estos servicios.
Todos los pagos electrónicos en el transporte público deben quedar registrados en un sistema central único (back office). Las estadísticas del sistema deben estar disponibles para usuarios, empresarios y autoridades. La información confidencial de los pasajeros debe ser resguardada con absoluta seguridad. Nada mejor para esa delicada tarea que el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
Actuación conjunta. Utilizar en el transporte público los medios de pago electrónicos en poder de los pasajeros ofrece ventajas en comparación con otras opciones. Según la experiencia internacional, hay dos básicas para garantizar el éxito: menores costos de implementación, operación y mantenimiento del sistema y rápida adopción por parte de los pasajeros.
Las seis cámaras empresariales, representantes de los 355 prestadores del servicio público de autobús, ya firmaron un acuerdo de compromiso para poner en operación el pago electrónico, mostrando disposición a aprovechar las sinergias positivas con otras industrias.
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La acción conjunta genera resultados superiores. Es el momento de ofrecer a los pasajeros mejores experiencias de viaje en el transporte público. Desaprovechar estas oportunidades sería lamentable.
El autor es intendente de transportes.