Existe evidencia científica que indica que la cobertura y el manejo que los medios de comunicación hacen de los suicidios aumenta la ocurrencia de futuros intentos de autoeliminación.
El efecto copycat o imitador fue descrito hace muchos años, y se refiere a la reproducción del acto autolesivo por parte de personas susceptibles, luego de informarse de una consumación suicida.
Diversos estudios han descrito que cuando la noticia se presenta en titulares, se da acceso a imágenes, se le da prioridad a la cobertura, se transmite en los horarios de alto rating o se brinda información detallada, y sobre todo sensibilizada sobre la víctima, sus motivaciones y cómo realizó el acto, se puede generar un impacto intenso en personas que en ese momento estén considerando, por diversos motivos, hacerse daño, y, por lo tanto, podría influir en la repetición de la conducta.
Algunos autores sugieren, adicionalmente, que la exposición reiterada a este tipo de noticias lesiona y repercute en la salud mental del individuo, incluso sin que exista riesgo suicida.
Este tema ha sido ampliamente tratado y discutido en muchos países, foros y universidades, y es parte fundamental de la formación y la sensibilización que reciben los periodistas durante su instrucción profesional. Existe, por tanto, consenso de que el adecuado manejo de esta información es un proceder ético, pero, sobre todo, humano.
Múltiples causas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como prioridad reducir la tasa de suicidio en al menos un 10% para el 2020. Debido a que se trata de un evento con múltiples causas, como los trastornos del estado anímico (incluida la depresión mayor y el trastorno afectivo bipolar), la ansiedad, la psicosis, los desórdenes por consumo de sustancias (alcohol o drogas ilícitas), la violencia intrafamiliar y los conflictos sociales, entre muchas otras, su prevención se basa, por lo tanto, en intervenciones en muchos niveles.
Además de combatir el estigma, facilitar la adecuada y oportuna detección de psicopatología y el consecuente acceso a tratamientos en salud mental, la OMS ha pautado normas para el adecuado uso de la información en medios de comunicación, las cuales han demostrado, en varios países, un descenso en los suicidios.
Algunas de estas sugerencias incluyen no brindar sensacionalismo, glamorización, imágenes o descripciones del acto suicida. Deben minimizarse o eliminarse reportajes sobre suicidios y evitar sobresimplificaciones de los hechos.
Por el contrario, se sugiere centrar esfuerzos en educar sobre prevención, tratamientos disponibles, en cómo acceder o buscar ayuda oportuna y en el diseño de políticas colaborativas y de desarrollo, así como en la diseminación y entrenamiento en prácticas profesionales responsables.
Compromiso. Implica, por lo tanto, un compromiso de los medios de comunicación y del colegio profesional por velar por el adecuado ejercicio de la disciplina, y de esta forma evitar, de una vez por todas, el manejo de la información como un simple bien de consumo en el contexto de una libertad de expresión mal administrada.
En países europeos, la acción por parte de organizaciones dedicadas a la prevención del suicidio y de profesionales en salud mental ha fomentado un consenso sobre el correcto manejo de este tipo de eventos, con la consecuente reducción en acciones consumadas.
Pero, adicionalmente, es necesaria también una mayor sensibilidad por parte de nosotros, receptores de noticias, usuarios de redes sociales, de discriminar, censurar y rechazar, de forma rotunda, consciente y proactiva, todo aquello que atenta contra los principios básicos expuestos, en favor de un beneficio social generalizado.
El autor es profesor asociado de la UCR.