No sé para quién gobierna Rodrigo Chaves; ciertamente no para las y los costarricenses. En vez de proponer soluciones para los problemas que agobian a la ciudadanía como el desempleo, el costo de vida, la inseguridad, la violencia generalizada y los desafíos ambientales, el mandatario parece más comprometido con intereses particulares y batallas culturales que con el pueblo que lo hizo presidente.
El país sufre de desempleo de dos dígitos y un costo de vida elevadísimo. Las personas necesitan poder satisfacer sus necesidades básicas para poder tener calidad de vida; de lo contrario, aumentan los niveles de pobreza y crece el riesgo de que las personas busquen ingresos por vías ilícitas como el narcotráfico.
¿En qué anda el gobierno? La ahora exministra de Educación, Anna Katharina Müller, propuso eliminar las guías de educación sexual que, se ha demostrado, contribuyeron a reducir los embarazos adolescentes. Estos pasaron de 19,4% en 2012 a 9,3% en el 2021. Pero al gobierno le importa menos que haya niñas y adolescentes viviendo infancias y adolescencias sanas que complacer a los grupos religiosos más conservadores.
El país viene experimentando una crisis de inseguridad que, además, se ve alimentada por un aumento generalizado de la violencia. Para muestra, un botón: los datos nos dicen que, desde que empezó esta administración, la violencia contra la mujer ha aumentado en un 190%. En el 2024, los homicidios aumentaron un 2,7% respecto al 2023, la segunda cifra más alta en la historia. Ha llegado al punto de convertirse en noticia internacional, lo cual afecta gravemente el turismo.
¿Qué quiere hacer el gobierno? Aumentar la pena de cárcel a mujeres que practiquen el aborto, una fría –y cínica– continuación de su política educativa: sin educación sexual, ¿cómo abordamos el tema del embarazo no deseado? Castigar a las mujeres por ejercer su derecho a decidir no contribuye a resolver ninguno de los problemas más urgentes del país y, peor aún, alimenta un contexto de violencia general, además de ser una flagrante violación a los derechos de las mujeres.
Sigamos. Costa Rica depende del turismo, y el turismo viene a la baja. Según el Instituto Costarricense de Turismo, en el 2023 el turista promedio gastó $1.892 y, además, contribuyó a disminuir el desempleo. Pero el turismo busca la naturaleza y, por lo tanto, se necesitan políticas públicas que atiendan la crisis de nuestros parques nacionales y nuestras zonas costeras sobreexplotadas y, en general, mejorar el manejo ambiental a nivel país. Sin estas, quienes sufren no somos los “progres”: son las regiones más vulnerables.
¿Cuál es la respuesta del Ministerio de Ambiente de Chaves? Proponer nuevas formas de extraer minería en el país o gas natural, a pesar del daño que significa para nuestra marca como país verde y sustentable (sin mencionar que, mundialmente, la industria de la minería y petróleo va en decadencia, y hasta Arabia Saudita está buscando diversificar su economía).
Se acercan las elecciones. Todo indica que Rodrigo Chaves pretende que su fuerza política siga, de un modo u otro, al frente del país, y una pensaría que la mejor forma de lograrlo es con políticas que resuelvan los problemas de la ciudadanía. Sin embargo, pareciera que lo que menos le interesa al presidente es el pueblo que supuestamente gobierna.
Diana Rucavado es abogada por la Universidad de Costa Rica, máster en Cambio Climático por el King’s College de Londres y candidata al máster en Administración Pública en la Universidad de Washington.