Diversidad de fuentes de información pueden ser consultadas para apoyar la lactancia materna
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PorNatyeli Garita Cartín
Cada año, del 1.° al 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, iniciativa coordinada por la Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés recién nacidos sean alimentados exclusivamente con leche materna durante sus primeros seis meses de vida y combinarla con alimentación sólida nutritiva por lo menos hasta los dos años de edad. Sin embargo, según datos de la Unicef en Costa Rica, en el 2018, solo el 27,5% de los bebés fueron amamantados durante ese período.
Este año, gracias a la aprobación de una ley, toda empresa en Costa Rica, sin importar el porcentaje femenino en planilla, debe acondicionar un espacio para las madres lactantes.
Yo tengo el privilegio de contar con un espacio para la extracción de leche materna en mi lugar de trabajo, puedo dar fe de la paz y tranquilidad que brinda a mi proceso tanto de lactancia como de sana reincorporación al mundo laboral después de la licencia de maternidad.
Son muchos los cambios por los que atraviesa una mujer durante el embarazo y luego a lo largo del período de lactancia. Volver al mundo laboral, dejar en casa o en una guardería a un bebé pequeño suele ser abrumador.
Pero ese espacio llega a ser un lugar seguro, sitio de recuperación, lugar para llorar si es necesario, para recargar fuerzas, para hablar tranquila con mi bebé por videollamada, o bien, para extraer la leche en calma poniendo en pausa la adrenalina del día a día.
Si bien alimentar al bebé con leche materna es la forma más amigable para el bolsillo y la más natural y recomendada para el bienestar de la mamá y el del bebé, en ocasiones, no es posible hacerlo. Todos los casos son diferentes, y es necesario resguardar la salud no solo física, sino también mental de toda mamá.
Como sociedad, debemos ser empáticos y apoyar sin juzgar a aquella mujer que alimenta a su hijo con fórmula, a la que alimenta con leche materna y disfruta la conexión, a la que alimenta de manera mixta (leche materna y fórmula), a la que alimenta con su leche pero sin dar de mamar (lactancia diferida), a la que alimenta con leche materna donada, a la que alimenta incluso a otros bebés que no son suyos. El común denominador en la totalidad de los casos es que somos mamás.
Promovamos la lactancia materna siempre, pero aún más la educación sobre esta, en el entendido de que no tiene que doler (si algo duele es porque algo debe ser corregido, y la mayoría de las veces existe una solución), existen asesoras y profesionales en la materia para dar acompañamiento; la lactancia puede ser un acto compartido, en el que participen otros miembros de la familia con apoyo y respaldo a la mamá; las salas de lactancia son una inversión y no un gasto, porque benefician la salud de la mamá, como trabajadora y persona, y del bebé que recibirá posteriormente la leche; y la información nos permite tomar mejores decisiones en el proceso de lactancia.
Una sociedad que acepte, respete y promueva este sistema de alimentación disfrutará los beneficios de tener madres tranquilas y felices junto a sus hijos y las mieles del mañana, pues tendrá hombres y mujeres más sanos, seguros e independientes. Todos ganamos.
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