Epsy Campbell Barr será vicepresidencia de la República, la primera mujer afroamericana en llegar a este puesto en Latinoamérica. Un ejemplo de progreso en igualdad de género.
Costa Rica, sin embargo, tiene mucho por lo cual trabajar en esta materia. Está comprobado que las disparidades de género en las áreas educativas, políticas, económicas y sociales afectan negativamente a las personas y a sus comunidades.
De hecho, así lo afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual concluye que la desigualdad de género es un factor que obstaculiza el avance de las naciones: los países con altos niveles de desigualdad entre mujeres y hombres se caracterizan por tener bajos índices de desarrollo humano. Por lo contrario, cuanto más alto es el nivel de igualdad de género mayor es su desarrollo.
Menos paga. Costa Rica, según el Reporte Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, se encuentra en la posición 33 del ranquin de los países que luchan por la igualdad. Según datos de la Unesco, el 44 % de las personas que se dedican a la investigación en Costa Rica son mujeres, pero hoy, en el 2018, ellas reciben cerca de un 85 % de ingresos en comparación con los hombres en el ejercicio de un mismo cargo.
Costa Rica ha tenido logros importantes en los derechos de las mujeres; sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para avanzar en oportunidades y derechos entre hombres y mujeres en las distintas áreas. Es de destacar y celebrar que, estadísticamente, está comprobado que los miembros de una sociedad perciben la igualdad de género como algo positivo y respaldan su consecución.
Por ello, el actual gobierno debe continuar avanzando en esta lucha y, sobre todo, en el combate de la violencia contra las mujeres. A marzo de este año, se habían registrado cinco feminicidios, por lo cual uno de los retos del país es trabajar en programas contra la violencia intrafamiliar.
Trabajo y responsabilidades. Otro desafío es que la generación de ingresos y trabajos sigue liderada por los hombres. Asimismo, la responsabilidad del cuidado de los niños, personas enfermas y adultos mayores está estancada, pues en su mayoría esta función recae en las mujeres.
Para que los hombres y las mujeres tengan posibilidades que les permitan disfrutar la vida que desean y contribuir con el desarrollo cultural, político y económico del país no debemos dejar de lado fomentar los valores, las actitudes y las tradiciones.
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Si trabajamos en conjunto por el reconocimiento total de la igualdad, que existe naturalmente entre hombres y mujeres, y el actual gobierno se afana en esta materia, estaremos más cerca de una sociedad donde todos los miembros reciban los mismos beneficios.
Recuerde que cuanto más alto sea el nivel de igualdad en un país, mayor será su desarrollo.
La autora es estudiante de Derecho.