Recién se celebró en el país el Congreso de Violencia Obstétrica en Iberoamérica organizado por la Defensoría de los Habitantes, encuentro internacional sin precedentes por la diversidad de sus representantes y porque la Defensoría asumió la legítima defensa del derecho a la salud al promover la discusión sobre violaciones de derechos de la madre y del niño, antes, durante y después del embarazo.
Así, el trabajo de la defensora, Montserrat Solano, supera la tradicional recolección de quejas para centrarse en los problemas comunes en los países del área que generan violaciones de derecho. Visibilizar los problemas es trazar la ruta de la agenda pendiente; el inicio de las soluciones.
Erradicar la violencia obstétrica obliga a tomar medidas para garantizar derechos de la mujer y del recién nacido: cumplir protocolos, investigar los casos y tomar acciones y capacitar y sensibilizar al personal de salud son algunas de las propuestas hechas por la defensora.
Esperamos que también en otros campos, Solano empiece a dirigir sus esfuerzos hacia las causas que desatan los problemas de manera que, más temprano que tarde, desaparezcan los reclamos por violaciones de derechos; entonces, habrá cumplido su misión.
La autora es odontóloga y salubrista pública.