Costa Rica, al igual que muchos otros países, encara el problema creciente del ejercicio ilegal de la medicina y también el del ejercicio inescrupuloso de algunos profesionales.
El público, en resguardo de su salud y de sus intereses económicos, debe informarse correctamente con el fin de recibir la atención adecuada; inclusive, debe comunicarse con el Colegio de Médicos para investigar si tal o cuál persona está autorizada para ejercer o aplicar algún tratamiento que se sospeche no científico
En tiempos remotos la esperanza de vida era muy corta porque se desconocían tres factores muy importantes: 1. El cuerpo humano. 2. Las causas de las enfermedades (etiología ). 3. No había medicinas eficaces.
Como consecuencia, aparecieron muchas personas que, con métodos variados, que iban desde lo folclórico hasta lo ridículo y cruel, se dedicaban a combatir las enfermedades.
Nace la ciencia. Poco a poco, a lo largo de los siglos, nació la ciencia como una necesidad imperiosa de ordenar la observación, la experimentación, el estudio, la disciplina, la comprobación, etc. Así nació la medicina alopática que hoy conocemos, ligada a las universidades y a los hospitales alrededor del mundo.
El público debe estar alerta en contra del engaño y del mercantilismo que cada día es más agresivo: talismanes, pulseras, plantillas, yerbas, agujazos, masajes exóticos, olores y bebedizos de toda clase y color. A esto hay que agregar diferentes métodos diagnósticos que riñen con la lógica y el rigor científico.
Verdadero fraude. En esta ocasión me refiero a la iridología, que se viene introduciendo desde hace algún tiempo y que es un verdadero fraude.
El iris es la membrana que da el color a los ojos. Es un diafragma que se abre y se cierra para regular la entrada de la cantidad de luz hacia el interior del ojo. No tiene, embrionariamente, ninguna relación con ningún órgano del cuerpo ni tampoco los representa. Su forma, color y dibujos son particulares de cada individuo y no cambian en toda la vida. Esta característica se ha querido aprovechar para utilizarla como las huellas digitales.
El iris está constituido por fibrillas elásticas, conjuntivas, nerviosas, musculares y los cromatóforos, y su función es exclusiva en la regulación de la entrada de la luz al ojo. Quien diga que, examinándolo descubre las diferentes enfermedades del cuerpo, no está diciendo la verdad.