La democracia representativa por la vía de la elección a cargos de candidatos vinculados a partidos políticos, para que gobiernen ejecutivamente o desde una curul, es insustituible, y los partidos son necesarios para consolidar pensamiento político, ideología y sumar voluntades. Sin esa suma de voluntades que la política partidista conlleva, ojalá con doctrina e ideología, es imposible "hacer gobierno".
La democracia representativa debe fortalecerse para que la ciudadanía, que no se conforma ya con solo participar en procesos electorales y luego, si acaso, influir en los procesos legislativos, tenga oportunidad de enriquecer los procesos de gobierno.
Herramientas. Además del enriquecimiento democrático por vía de la consulta comunal, los consejos sectoriales en diferente nivel según corresponda referéndum, cabildo, plebiscito son todos herramientas útiles para temas extraordinarios; es posible, como ya se probó en Costa Rica, que la comunidad organizada llegue a participar responsablemente en un diálogo permanente con representantes calificados de las entidades del Estado, para determinar las prioridades de los planes sectoriales y regionales y, por ende, en los procesos de presupuesto que los sustentan.
Esto se puede lograr apoyándose en un nivel primario en la organización de base comunal que Dinadeco estimula y en las fuerzas vivas comunales que el Triángulo de Solidaridad ha generado. Allí las propias bases escogen a sus delegados a participar con las instituciones municipales y los delegados de sectores sociales y productivos reconocidos en el diálogo cantonal; mediante procesos democráticos en cada cantón se eligen delegados del nivel subregional (el país se divide en 22 subregiones).
Sucesivamente se pasa mediante el mismo proceso a las regiones (seis) y presidentes de los Consejos Regionales van al diálogo sobre prioridades y necesidades de desarrollo con el presidente de la República, a tiempo para que las decisiones finales sirvan de base a la formulación presupuestaria del Gobierno Central y las entidades autónomas. Es ideal que exista un marco estratégico visualizado por un Mideplan modernizado en una oficina presidencial de coordinación estratégica, que facilite información sobre necesidades, carencias y oportunidades del desarrollo a largo, mediano y corto plazo, de manera que el diálogo social tenga un "norte".
Fortalecimiento. En varios países, a veces como producto de procesos de paz o situaciones críticas, se empiezan a implementar esquemas de involucramiento de la sociedad civil en temas propios de la gestión pública, para fortalecer la democracia y evitar que se dé la enajenación social que tanto la daña. La esperanza es que en el país no haya que esperar una crisis para establecer las herramientas que apunten en la dirección correcta.
En la doctrina socialcristiana, el involucramiento consultivo y propositivo en los asuntos de Estado, no el simple dar a los gobernantes "cheques en blanco" por vía de proceso electoral, es inherente, como deber y derecho, al ejercicio de la ciudadanía y al desarrollo integral del ser humano. El programa de Gobierno "Todo por Costa Rica", de don Abel Pacheco, puntualiza las principales de estas herramientas, imprescindibles en una democracia moderna.