Limón Blues es el mejor libro de la costarricense Anacristina Rossi. Publicado por la Editorial Alfaguara, es una obra que todo costarricense debe leer: por ser una excelente novela, escrita con exquisita pluma, que atrapa al lector desde el primer capítulo y lo hace devorar el texto hasta el fin y porque la Rossi combina con la ficción datos históricos nunca antes descritos sobre la cultura afrocaribeña radicada en Limón. Nos sumerge de la manera más sutil en aquel Limón de principios de siglo XX hasta finales de la década de 1930, al punto de que podemos sentir la temperatura, percibir el olor a banano, escuchar la música caribeña, ver la exuberante naturaleza de Cahuita, introducirnos en la vida cotidiana de sus múltiples personajes, pero, sobre todo, en el cuerpo y alma de Orlandus, Irene y Leonora.
Esta novela nos lleva a escenarios desde Jamaica a Limón, Cuba, Nueva York, África y de vuelta a Limón. Queda en nosotros el exotismo limonense, el perfume de sus calles, el color de su pobreza, las ilusiones y conquistas de sus personajes, algunos de ellos reales como fueron Minor C.Keith, llamado en ese entonces “el rey sin corona de Costa Rica”, y expresidentes de la República como Ricardo Jiménez, Federico Tinoco y Julio Acosta.
Nace una trilogía. Cinco años de investigación le tomó a la Rossi detallar ese sinfín de anécdotas ignoradas por nuestras generaciones. A diario escudriñó los periódicos de esa época, muchos de ellos publicados en Limón para la gente negra, como Limón Times, The Times, Limón Weekly. Gracias a esta meticulosa indagación nace de la exquisita pluma de Anacristina Rossi un borrador de más de 1.200 páginas, que analizó María Lourdes Cortés, madrina del proyecto, quién, después de leerlo dos veces, persuade a su autora a dividirlo en tres libros diferentes. María Lourdes dice que había “demasiado buen material para una sola novela”. Es así como nace la trilogía a la que tendremos acceso en pocos meses, ya que después continuarán los relatos en Limón swing y Limón reggae.
En mi concepto, queda atrás el erotismo de María la noche (1985); la espléndida denuncia ecológica y la descripción erótica de cuando un hombre y una mujer logran “fundirse en una sola carne”, narradas en La loca de Gandoca (1991); la delación política y relatos de parejas descritas en Situaciones conyugales (1993). Anacristina Rossi nos demuestra en Limón Blues su gran superación como escritora y que su talento es mayor que el de varios literatos con fama internacional.
Pasión madura. En Limón Blues lo erótico está colmado de la madurez que ahora tiene su autora, contagiándonos de toda la pasión carnal que viven sus personajes principales al punto de que cada mujer que la lea se sentirá Irene o Leonora y cada hombre será Orlandus. Además, nos empapamos de la gran cultura que tenía la gente negra, reflejada en su amor por el buen teatro, la lectura, los conjuntos musicales, los debates. Se narran sus luchas por tener iguales derechos que los blancos, que se les permitieran ingresar al Valle Central y que se les reconociera como ciudadanos costarricenses ya que muchos no tenían nacionalidad, a pesar de haber nacido aquí. Al final del libro hay una coda en la que se describen datos históricos narrados en cada capítulo y se anota cada una de las fuentes de información.
Sin duda, las luchas ecológicas de la Rossi continuarán pues, gracias a sus denuncias, ha ayudado sobremanera a salvar nuestra naturaleza. Sin embargo, su hambriento espíritu puede ahora sonreír y sentirse muy satisfecho ya que con Limón Blues Anacristina se pone una flor de oro en el ojal. Es, sin duda, el libro al que más amor ha puesto, una excelente novela a la cual auguramos premios nacionales e internacionales: es la novela que usted, estimado lector, no puede dejar de leer.