El 3 de octubre de 1990 cayó el Muro de Berlín. Por esa época también, el pueblo ruso se trajo al suelo la estatua de Lenin y se retiró su cadáver embalsamado, que se exhibía en un ataúd de vidrio en el Kremlin.
El Partido Comunista de Rusia se desintegró y el partido comunista de Costa Rica, que había incluso llegado a tener diputados en la Asamblea Legislativa, se acabó.
Sin embargo, quedan aún entre nosotros algunos o varios por mí llamados comunisticos, que siempre continúan tratando de alterar la democracia y el orden público.
Recientemente lo pudimos ver el día de las elecciones, cuando partidarios del PAC (entre ellos muy visiblemente la señora que estaba como candidata a la primera Vicepresidencia por ese partido) vocifera-ban contra el actual Presidente de la República, tildándolo de “burgués”, entre otras cosas.
Sin saber nada. Posteriormente, el día en que se le colocaba la banda presidencial a don Óscar en el Estadio Nacional, un grupo de manifestantes desfilaba por las calles de San José con la bandera de EE. UU. y proclamándose en contra del TLC, lógicamente sin saber nada sobre él. A ellos no se les puede culpar: son traídos de provincias o se les paga el día para que desfilen.
A los dirigentes no los vemos, pero los conocemos de antemano. Estos mantienen vínculos con Fidel Castro, quien, como ya sabemos, es gran amigo de Hugo Chávez, que a su vez lo es de Humberto Ortega, al que ofreció vender el petróleo más barato para ayudarlo en las elecciones de Nicaragua en noviembre próximo. Como podemos ver, se trata de un círculo político que bien se puede llamar comunismo latinoamericano.
Ojalá que el clero no se inmiscuya más en este asunto ya que la religión es un dogma de todos y no debe tomar partido por nadie. Recordemos que Cristo predicó amor, no política.
Fue interesante observar la discusión que tuvieron el Embajador de El Salvador y don Ottón Solís con el señor Alberto Padilla en el canal CNN de Atlanta, EE. UU.
El galeno salvadoreño dijo claramente lo beneficioso que había sido el TLC para ese país hermano centroamericano. Don Ottón no especificó nada en especial.
Existen ya libros en Costa Rica en los que se puede leer sobre el citado tratado. Uno de ellos es Tratado de Libre Comercio Centroamericano-Estados Unidos: Proceso y resultado. Sería muy recomendable leerlo para poder opinar al respecto.