He combatido la propuesta del abogado C. Hess de promover en los colegios las efemérides de la selección natural de Darwin. Esta teoría del Siglo XIX explicó la realidad de los seres vivos, con todos sus diversos y complejísimos elementos constitutivos, afirmando que es el resultado de la lucha entre especies y sus mutaciones aleatorias. Confrontando dicha pretensión del colega, -y con la limitación común de ser abogados-he debido tomar de lo que no es mío, enunciando algunas tesis, -publicadas por eminencias de la ciencia-, quienes han venido cuestionando la macroevolución.
Disensiones. Entre otros, -todos reconocidos investigadores de Universidades del primer mundo-, menciono solo algunos de estos vanguardistas que han suscrito abiertamente serias disensiones contra lo que hoy consideran un dogma que debe ser superado: Sandage (discípulo de Hubble), Ashby, Linton, Rusell Carlson, Wells, Denton,Skell, Jensen, Gyertich, Beloussov, Buff, Behe, Heinze...entre otros sólidos estudiosos, que han protestado ante el hecho de que se siga considerando una verdad científica irrefutable el concepto de la macroevolución.
Para ellos es claro que la biotecnología moderna ha reconocido el despliegue creativo de vida en formas de cada vez más creciente diversidad y complejidad, como una característica inherente a todos los sistemas vivos. Por ello han considerado que resulta cada día más difícil seguir echando mano de esa teoría para afrontar dichos descomunales hallazgos biotecnológicos.
Otros planteamientos, como el de Zeilinger, conducen directamente a los pilares de la teoría cuántica, y con ello al concepto de la información como magnitud fundamental, lo que está estimulando investigaciones para determinar su idea de que materia y energía sin aporte de información, incapacita para generar estructuras necesarias para la vida. Rudo golpe contra el materialismo.
La labor y publicaciones de científicos como ellos van en muy diversas direcciones. Por ejemplo, algunos advierten la contradicción de la macroevolución, para explicar por qué las primeras etapas de división celular entre embriones vertebrados y mamíferos, son radicalmente diferentes y no están relacionadas.
En mi artículo anterior cité otras importantes críticas más sostenidas por algunos de ellos. Por cierto, en La Nación del domingo 13/07 , las replicó un profesional en biología de nuestro medio, de apellido Azofeifa Navas. No sé si creyó que escribía críticas de propia factura y me calificó de retrógrado y oscurantista religioso por el hecho de haber repetido lo que estos científicos afirman, ¡e invitó a nuestra Academia de Ciencias a lanzar una cruzada en contra de esos cuestionamientos! En ese mismo artículo, -como estandarte en su defensa- remitió a los lectores al autor Richard Dawkins, el mismo que escribió: “ los seres humanos son simplemente máquinas propagadoras de ADN y la propagación del ADN es un proceso autosuficiente . Esa es la única razón de vivir…” (Guía de estudio. R. Dawkin, BBC Londres1991)… Juzguen ustedes.
Macroevolución. Aclaro una vez más, como lo hice en mi artículo anterior: NO me refiero al concepto de microevolución, que indudablemente poseemos todos los seres vivos como una suerte de programación o de “plan del cuerpo”, mecanismo de adaptación y que ha sido demostrado de forma irrefutable por la experiencia científica. La Iglesia ha reconocido esta verdad microevolutiva. La ciencia sigue otorgando a la selección natural participación en la realidad de la microevolución biológica, e indudablemente se acredita este gran aporte a Darwin. Lo que pasa es que en aquel siglo, la bioquímica no había abierto la célula para determinar qué la hacía funcionar. Hoy se ha logrado abrir la célula para descubrir que posee las características propias de los objetos diseñados.
Si es que esta idea causa escozor en quienes se consideran pulcros defensores de la selección natural de Darwin, los remito a la tarea que les imponen las palabras de F. Capra refiriéndose a la macroevolución: “lo que pasa es que la atención ahora se centra en la creatividad, en el constante avance de lo vivo hacia la novedad”. Sentencias como ésa imponen a los macroevolucionistas una tarea terrible para seguir explicando las maravillas naturales sobre bases como la lucha entre especies.
Otrosí: en relación a la inteligente réplica sobre los experimentos con la mosca de la fruta del distinguido filósofo C. Gutiérrez, la respuesta la da Wells, quien afirmó que dichas moscas de la fruta deben ser cuidadosamente engendradas a partir de tres especies mutantes conservadas artificialmente: una circunstancia inviable en la naturaleza.
Quienes me conocen saben que solo he escrito libros de derecho, por lo que este zapatero debería limitarse a sus zapatos. Es cierto, pero fui obligado por las circunstancias. La idea que propuso el abogado Hess, de celebrar en nuestros colegios, -como si se tratara de una verdad absoluta-, una teoría cuestionada por un sector de la ciencia, implicaría adoctrinar a los jóvenes estudiantes con la idea de que somos un accidente de ciegas casualidades materiales...vidas sin propósitos trascendentes. Sin duda, algo equivocado, que conminaría a someternos a la dictadura de la desesperanza...